BALONMANO / LIGA GUERRERAS IBERDROLA
El Aula, la fe y la montaña
El Aula Alimentos de Valladolid, siempre a remolque, rescata un punto ante el Granollers en el inicio de la segunda fase pero no es capaz de rematar la remontada en la última jugada del partido
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BALCAZA
Alber Einstein decía que la madurez comienza a manifestarse cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos. Y a día de hoy el todavía imberbe BMAula Alimentos de Valladolid, un equipo con mucho recorrido pero todavía por hacer, es solo capaz de conjugar o más bien soñar en tiempo de futuro, no en tiempo de presente. Su deseo, del todo reconocible, no basta, no es suficiente aún para madurar y hacer frente a equipos con mayor experiencia como es el caso del siempre aguerrido BM Granollers, una roca en defensa. Prueba de ello es que el conjunto de Peñas, siempre a remolque en el marcador, naufragó casi siempre en las situaciones de superioridad numérica. El BM Aula, fiel a su estilo, le gusta correr, le gusta los partidos desbocados, le gusta trenzar su mortífero contraataque minimizando así los ataques posicionales.
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El mal inicio de partido ya fue un aviso de que la victoria en el inicio de la segunda fase, donde ya no existen las peritas en dulce, iba a ser una quimera. El 1-5 del minuto 9 dejaba claro que los errores (dos contragolpes y un penalti desperdiciados) tenían su peso y su correspondiente desgaste.
El Aula, siempre a rebufo en el marcador, hacía aguas en su flanco izquierdo defensivo y en los problemas que suponían cortar la conexión con la pivote Elaine Gomes, autora de 5 goles en la primera mitad.Así y a golpe de espasmos, el conjunto de Peñas fue haciendo la goma (1-5, 8-7 y 14-17) para llegar al descanso con todos los deberes por hacer.
Tocaba remontada, tocaba mejorar no ya de cara a portería, donde Wiggins fue todo un incordio, sino sobre todo en defensa.
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Y de la mano de Lulu, de nuevo ángel salvador, impidió que Granollers matara el partido. Jimena Laguna y una siempre activa para la causa de esa impagable guerra de guerrillas, Cristina Cifuentes, fueron alimentando ese deseo de poder dar la vuelta al marcador. Así, en un final loco, a un minuto del final tras ‘paradón’ de Lulu, Cristina Cifuentes nivelaba el partido (29-29). Tocaba defender y se defendió gracias a un valioso robo de un balón dividido a cargo de Lorena. Todo estaba a favor. 20 segundos y tiempo muerto de Peñas. Pero es lo que tiene ser un equipo imberbe todavía en construcción. Incomprensible pérdida de balón y tablas, el mal menor (29-29).