Un rejonazo en toda regla
La San Silvestre de Valladolid que iba (digo iba porque de momento está vetada) a celebrarse el 30 de diciembre está en boca de todos. Ya sea por culpa de «un defecto de comunicación», por la presión de los comerciantes cansados de tanto corte de calles en el centro, «su» centro de la ciudad, y tanta ‘gaita’ causada por la contaminación o por el mero capricho del que manda en su casi imposible ‘cruzada’ de contentar a todos aún sacrificando dejando con los pantalones bajados a su concejal, lo cierto es que la carrera con más movimiento social que se celebra en la ciudad (más de 4.000 inscritos) pende de un hilo a la espera de la fumata blanca. La pregunta es obligada. ¿Quién dará su brazo a torcer tras haberse presentado la carrera en un lugar del Ayuntamiento (Casa del Deporte), apadrinada por alguien del Ayuntamiento (Alberto Bustos) y con el patrocinio del Ayuntamiento? El desencuentro entre alcalde y concejal de Deportes, lamentablemente, no es el primero. El rejonazo en toda regla a Alberto Bustos no hace sino mostrar debilidad dentro de un consistorio que no hace sino apagar el fuego provocado por la dichosa contaminación (ahora tan de moda) y los cortes de calles que han envenenado a los comerciantes del centro de la ciudad. Pero... ¿realmente todos los pequeños comerciantes son contrarios a la celebración de la San Silvestre? Evidentemente, no. Porque la San Silvestre mueve a más de 6.000 personas que acudirán ese día al centro de la ciudad y que muchas de ellas se quedarán aprovechando la ocasión para prolongar su estancia en el centro, comprando como quieren los comerciantes. El deporte y los grandes acontecimientos como puede ser la San Silvestre dinamizan la economía de la ciudad de una forma más que demostrable. No hay ninguna duda. Pero lamentablemente el tren suele ser de ida y no de ida y vuelta. El retorno de comerciantes y hosteleros hacia el deporte, ósea lo que aportan o devuelven al deporte, es mínimo por no decir nulo.
Independientemente del desencuentro, desautorización rejonazo o como lo quieran llamar a Bustos, el veto a la carrera una vez presentada no deja de ser una incoherencia. La Federación ya dio su brazo a torcer adelantando una hora la carrera con lo que las calles se abrirían al tráfico a las 12. Incluso están por la labor de adelantarla otra media hora. La ‘entente cordiale’ se hace necesaria y la San Silvestre no puede pagar los platos rotos de otros intereses. Y Fecosva propone cambiar de lugar la carrera. ¿Al entorno de VallSur? Buena ayuda al pequeño comercio. En VallSur e incluso Arroyo o Río Shopping estarían encantados de recibir a 6.000 personas.