ARTE
Cultura adquiere para el Museo Nacional de Escultura una ‘Última Cena’
Realizada por un desconocido pintor flamenco, integró el retablo de una capilla funeraria del Monasterio de San Benito el Real, del que el Museo conserva desde 1843 dos tablas laterales
El pasado mes de abril, en virtud de la disposición adicional undécima de la Ley del Patrimonio Español, relativa a la adquisición por las entidades del sector público de bienes muebles integrantes del Patrimonio Histórico Español, el Ministerio de Cultura se hizo en procedimiento negociado sin publicidad, tras un desembolso 70.000 euros a la Sala de Arte Durán, con la obra Cristo y seis apóstoles en la Última Cena, un óleo sobre tabla de finales siglo XV del Maestro de la Colección Pacully que pasará a formar parte de los fondos del Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
La pieza –de una colección privada madrileña, había formado parte de distintos lotes en el pasado, llegando a tener un precio de salida en las subastas de 180.000 euros– ocupaba la centralidad de una predela, la banca de un retablo, que incluiría en sus laterales dos grupos de apóstoles que se encuentran en Madrid, en el Museo del Prado, con Felipe, Bartolomé y Matías, en una de las tablas realizadas en técnica mixta, y con Simón, Judas y Tomás en la otra. Ambas fueron adquiridas por el Museo, en 1950, a José Luis Vilches Pérez, por 25.000 pesetas.
Ese citado retablo, sin embargo, desmembrado como tantos otros a raíz de la desamortización de Juan Álvarez Mendizábal en el siglo XIX, contaba en sus dos laterales con dos tablas de roble que representaban a San Isidoro, autor de las Etimologías, y a San Leandro, hermanos y prelados sevillanos de época visigoda. Ambas piezas forman parte de los fondos custodiados en el Colegio de San Gregorio de Valladolid desde 1843.
Nada se conoce de la identidad del pintor, que ha pasado a la posteridad asociado al nombre del anticuario parisino Emille Pacully. Desde el Museo Nacional de Escultura, sin embargo, apelan a las averiguaciones de investigadores como Max Jacob Friedländer (1967), Didier Martens (1995) o Dirk de Vos (1994), convencidos de que tuvo que ser un pintor flamenco activo en Brujas durante el último cuarto del siglo XV, «cuyo estilo se inspira en Memling cuando no lo imita de forma directa».
De la tabla recién adquirida, desde la Sala de Arte Durán destacaban su «procedencia vallisoletana», así como su probable ubicación en «un retablo encargado por Juan Alfonso de Logroño a un ignorado taller flamenco, con destino a la capilla funeraria que en el Monasterio de San Benito el Real de Valladolid tenía su hermano, el canciller de los Reyes Católicos, Alonso Sánchez de Logroño, del que se decía que era ‘asaz rico e bien obrado’», tal y como recoge el investigador Luis Rodríguez Martínez en Historia del Monasterio de San Benito El Real de Valladolid.
En 1925, en su estudio El retablo de San Ildefonso del Museo de Bellas Artes de Valladolid, Diego Angulo Íñiguez identificó la parte central del retablo, que se conserva en la Colección Aldus C. Higgins, en Worcester, Massachussetts (EEUU): contenía la Imposición de la casulla a San Ildefonso, que hasta 1903 formó parte de la colección de Pacully. «Adquirida en España, había pertenecido al infante don Sebastián Gabriel de Borbón, quien incluso llegó a residir una temporada en Valladolid; sus medidas, la uniformidad de los tipos y los interiores arquitectónicos representados avalan esta identificación», defienden desde el Museo Nacional de Escultura.