El TAC de Valladolid mira a su pasado para celebrar con 218 actuaciones sus 25 años

Una cifra redonda. Un cuarto de siglo manteniendo viva la llama de las artes escénicas en la calle bien merece detenerse para contemplar lo realizado, para recordar sin perder de vista a los creadores emergentes a quienes con su trabajo y su talento contribuyeron a lo largo de estos 25 años a construir dos historias, una personal, la suya, y otra colectiva, la del festival. Eso es lo que se propone el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid, el TAC, que del 22 al 26 de mayo celebrará su vigesimoquinta edición.

Cinco intensos días para disfrutar de 218 actuaciones, las que ofrecerán 44 compañías –16 de ellas procedentes de fuera de España– en 38 rincones de Valladolid, dispuestas a hacer del TAC algo más que un simple festival, «una celebración de la vida en Comunidad», como subrayó este viernes durante la presentación de la programación la concejala de Cultura Irene Carvajal. La edil alabó la propuesta caracterizada, dijo, «por la alta calidad, rica y variada en disciplinas, formatos y audiencias», que ofrecerá «una panorámica representativa de la creación contemporánea en el ámbito de las artes vivas de calle».

«Son propuestas variadas en las que conviven el riesgo, la espectacularidad, la diversión, la crítica social, la inclusión, la estética y la revisión de ideas y discursos artísticos», matizó Juan Herrero, responsable artístico del festival junto a Charo Arconada.

Ejemplo de todo ello es la francesa Claire Ducreux, bien conocida por los habituales del TAC. A ella, que se llevó el primer Comediante del certamen, en 1999, por su espectáculo Fragile le dedicará el Festival su tradicional homenaje. La creadora presentará además Fleurir les abîmes, en las ruinas de la colegiata de Santa María la Mayor, y proyectará en los Cines Casablanca Poèmes, un trabajo rodado en parte en Valladolid con el que rinde tributo al escultor Eduardo Cuadrado.

Si la trayectoria de Ducreux ha avanzado en paralelo con la del festival –aquí ha mostrado trabajos como Avec le Temps (2019), Silencis (2016) o La sonrisa del náufrago (2012)–, algo parecido puede decirse de artistas como el vallisoletano Alberto Velasco, que triunfó con sus iniciales Vaca! (2008) y Mademoiselle monarquía (2010). Regresa al TAC para estrenar en el Campo Grande Mover montañas, un encargo del festival con el que revisa la tradición bailada de la tierra, una propuesta atravesada también por sus vivencias más íntimas.

No será la única coproducción del TAC, que también respalda el estreno de David Díez Méndez y su KoleKtiv Lapso Cirk Qoroq, en la Cúpula del Milenio .

Y también serán estrenos absolutos los firmados por la agrupación vocal Tag Time, dirigida por Ignacio Nieto, con su itinerante La increíble barbería ambulante, y por Alba Sarraute & Les Ofélies, con La innombrable. Una tragedia mediterránea inspirada en Macbeth.

Todos ellos ya dejaron su huella en el festival, en el pasado, como también lo hicieron Yoann Bourgeois, Imperdoble, Nacho Vilar o Trapu Zaharra. También ofrecerán sus nuevas propuestas en esta 25 edición del TAC.

En la programación se contemplan cuatro site specific de las compañías Llum de Fiudeu para la bajada de la Plaza de Poniente hacia Las Moreras, Sfumato; David Montero/La Suite, en el Barrio de Girón con Turismointerior Vol#8; Elías Aguirre, que se sumergirá en las Aceñas del Pisuerga con Seismic Orchestra; y Pau Arán, en el Claustro del Museo Nacional de Escultura, con Seeking the Truth.

Arán, que durante 15 años formó parte del Tanztheater Wuppertal de Pina Bausch, ofrecerá uno de los estreno en España del festival. Habrá más, con la portuguesa Teatro do Mar y su Numb; las francesas Super Super, con Plouf & Replouf, y Le Cirque Graphique, con Tendrure; o la lituana Seiko Dance Company, con Drifted.

El TAC convertirá la Plaza Mayor en un gran salón de baile de la mano de la compañía francesa Transe Express y su espectáculo Cristal Palace. La acción, con 46 artistas involucrados, discurrirá en torno a una gigantesca lámpara de araña suspendida del cielo, de la que colgarán una orquesta de viento y un percusionista que actuarán mientras flotan sobre las cabezas de los asistentes.

Junto a este tipo de propuestas de gran formato convivirán en el TAC representaciones más íntimas de aforo reducido para las cuales será necesaria la adquisición de entradas. Se podrán conseguir vía online en la web del festival (tacva.org); o bien en la taquilla situada en la Casa Revilla, a partir del 15 de mayo a las 18:00 horas. En ambos casos tendrán un coste de 1,5 euros por gastos de gestión y se podrán adquirir un máximo de 4 entradas por función, hasta un límite de 8 entradas por operación. Para el resto de las representaciones, la entrada será libre y gratuita hasta completar aforo.

En total serán ocho las obras que requerirán invitación: Chaquetera de Alessandra García; Una rueda que da vueltas, de Almealera; Poèmes, de Claire Ducreux; Turismo Interior Vol#8, de David Montero; Olvido Flores, de Estefanía de Paz Asín; Seeking the truth de Pau Arán; Ârtica, de Ponten Pie; Oraison, de Rasposo Cirque; y Drifted, de Seiko Dance Company y las tres propuestas de Taiat Dansa.