Diario de Valladolid

Patricia Estremera evoca la estafa de ‘Von Lustig’ para hablar de apariencias

La actriz vallisoletana y Alfonso Mendiguchía recrean el sábado en el CCMD la historia real del hombre que vendió la Torre Eiffel como chatarra

Mendiguchía y Estremera. | MANOLO PAVÓN

Mendiguchía y Estremera. | MANOLO PAVÓN

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

Creado:

Actualizado:

A veces el ser humano parece tan dispuesto a desbarrar  por la pendiente del delirio que cualquier espectador desavisado pudiera pensar que, más que la realidad, lo que tiene ante sus ojos es pura ficción. Pero no. Si alguno duda de esta afirmación debería acudir este sábado, 24 de febrero, al Centro Cultural Miguel Delibes. La vallisoletana Patricia Estremera y Alfonso Mendiguchía presentan en el ciclo ‘La Comunidad a Escena’ el espectáculo Von Lustig. El hombre que vendió la Torre Eiffel . Un montaje inspirado en la figura de un estafador hoy ya olvidado, que hace cien años consiguió vender el citado monumento... como chatarra, explotando los anhelos de grandeza y riqueza de sus víctimas. 

Estremera y Mendiguchía, responsables de Los Absurdos Teatros, estrenaron este espectáculo en abril de 2022, en el Liceo de Salamanca, presentándolo ahora por primera vez en la ciudad de la actriz. El año pasado triunfó en el XXVI Certamen de Teatro Garnacha de Rioja.

¿Cómo llegaron a esta historia?. «Buscando referencias sobre grandes estafas para nuestro anterior montaje, Gruyère , Alfonso encontró un noticia sobre este hombre», evoca Estremera, egresada de la Escuela de Arte Dramático de Valladolid y que forma parte también de la compañía Proyecto 43.2, de María San Miguel, como Mendiguchía. La historia de este Victor Lustig se le quedó al actor rondando en la cabeza durante tres años hasta que, con los pocos datos que pudo recabar sobre su vida, se decidió a rellenar los espacios en blanco de su biografía para levantar este montaje que dirige Natalia Hernández.

Lustig, he aquí otro ejemplo de su ingenio, aprovechaba travesías transoceánicas para estafar a los ricachones vendiendo una máquina que, supuestamente, podía reproducir billetes de 100 dólares. El cacharro tardaba en imprimir cada uno casi el tiempo que duraba el trayecto. Él seducía haciéndose pasar por conde. Acabó en EEUU tratando de mantener sus estafas, codeándose con Al Capone, y dando con sus huesos en Alcatraz.

«Este es un espectáculo que habla del mundo de las apariencias y, en especial, de la importancia de lo que crean los demás que tú eres. Dependiendo de tu habilidad para hacerte ver importante, así te abrirán las puertas. Eso forma parte de nuestro día a día, en pleno siglo XXI», reflexiona la actriz, que recuerda que el estafador llegó a manejar medio centenar de identidades.

¿Hoy ese Von Lustig seguiría haciéndose pasar por un noble? «Pensemos en la pandemia, en Luis Medina. Ese hijo del duque de Feria convertido en un comisionista, tratando de forrarse vendiendo mascarillas que le compraban a un precio desorbitado. Aquel caso fue lo que animó a Alfonso a escribir esta obra. Lo que hizo aquel falso conde sigue siendo actual», subraya la vallisoletana.

Para la puesta en escena optan por recrear un teatro parisino, decadente, al estilo de los años veinte. «Nuestra directora lo decidió al ver que no dejaba nada al azar, preparando los escenarios de sus estafas como una auténtica puesta en escena. Hasta dejó escrito un decálogo del buen estafador.  Reunió a los que querían comprar la Torre Eiffel en uno de los hoteles más lujosos de París. Era como decir: ‘Aquí hay pasta y os estoy haciendo un favor’. Nosotros hacemos un homenaje al teatro aprovechando esta historia», concluye.

tracking