Diario de Valladolid

SEMINCI 2023

Víctor Iriarte reflexiona sobre la maternidad y el robo de bebes en España

Sobre todo de noche', el debut en el largometraje del director bilbaíno que apuesta por el cine como «un espacio creativo amplio, libre y político»

Director y protagonistas de 'Sobre todo de noche'. ICAL

Director y protagonistas de 'Sobre todo de noche'. ICAL

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Diario de Valladolid | El Mundo
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El programador y realizador vasco Víctor Iriarte defendió hoy en la 68 Semana Internacional de Cine de Valladolid ‘Sobre todo de noche’, su debut en el largometraje, un ejercicio de estilo en el que plasma en 16 mm su creencia en el cine como “un espacio creativo amplio, libre y político”. Con esa premisa, y un elenco liderado por Lola Dueñas, Ana Torrent y Manuel Egozkue, el cineasta construye un relato poliédrico, pausado y epistolar entre dos madres y un hijo común, con el robo de bebés en España como telón de fondo.

Están cifrados en torno a 300.000 los bebés que pudieron ser robados en España entre el final de la guerra civil y los años noventa. “Esta será una historia de terror. Será una historia policía, un relato de serie negra y de terror. Pero no lo parecerá. No lo parecerá porque soy yo la que lo cuenta. Soy yo la que habla y por eso no lo parecerá. Pero en el fondo es la historia de un crimen atroz”. El arranque de ‘Amuleto’, de Roberto Bolaño, le sirve a Iriarte para enmarcar su relato, la historia de dos madres y un hijo engañados por una sociedad hipócrita, que les condenó a una vida de silencios y ausencias. 

Con una sempiterna voz en off, que Iriarte reivindicó en rueda de prensa como “una más de las herramientas del cine clásico”, el realizador cede el testigo narrativo a sus personajes, que en sendos episodios epistolares desgranan lo que les ha empujado hacia la situación actual, mientras él con su cámara refleja las vidas a las que han sido condenados. “Para ganar, primero perdí”, relata Vera (Lola Dueñas), en una carta a su hijo perdido Egoz (Manuel Egozkue) en la que se pregunta “por qué nadie hala nunca del fuego”, en alusión a esa herida abierta, imposible de cerrar, que le provocaron para negar después durante toda su vida. 

Tras embarcarse en proyectos más relacionados con “el underground, mezclando disciplinas, lo performativo con la literatura y otro tipo de cine”, Iriarte ha querido en su debut en el largometraje “hacer una película muy libre”, utilizando para ello “las herramientas que ha ofrecido el cine a lo largo de su historia, algunas de las cuales han ido quedando arrinconadas”. En ese sentido, las voces en off de sus tres protagonistas remiten en cierto sentido a las “películas diario de Jonas Mekas; hasta configurar una “película río” que es a la vez un “viaje”, donde también se brindan al espectador momentos en los que la propia historia se detiene para permitirle “observar y disfrutar” momentos concretos. 

“Uno, como cineasta, escritor o programador, tiene sus propias obsesiones: las manos, las profesiones relacionadas con las manos, estenotipia, el baile de Egoz, la piscina, rodar en mar abierto, las películas de trenes y Ozu, películas de atracos, de robos, una sombra de una mano a lo Murnau en ‘Nosferatu’ o ese piano fantasma que para mí se había convertido en una obsesión y que simboliza el sentir de esos personajes. Nunca he sentido que sea una persona que ofrezca respuestas en las películas, sino alguien que plantea imágenes, preguntas o sonidos al espectador”, recalcó antes de asegurar que él procede de una formación relacionada con “lo creativo, con el texto y las digresiones en torno a él”, por lo cual ante este proyecto le ha dado muchas vueltas tanto a la estructura como a la arquitectura del relato.

Impunidad y violencia

También intervinieron en el encuentro con los medios las actrices. Lola Dueñas, por su parte, Lola Dueñas explicó que para preparar su personaje estuvo leyendo testimonios de padres y madres que buscan a sus hijos, y señaló que lo que más le impactó fue “no ya el dolor de la pérdida, que es terrible, sino la violencia que se ejerce después, que es no poder hablar de ello”. “Se han visto sometidos a mentiras, y se han tenido que convertir en detectives para intentar encontrar a sus hijos sin ningún apoyo. Me gustaría que con esta película al menos se sintieran un poquito acompañados, que fuera un cierto bálsamo para ellos, apuntó. 

Ana Torrent, por su parte, aseguró que la película habla sobre “ser madre” y sobre “las dudas, miedos, inseguridades, las culpas, el amor que entregamos, la vida que entregamos y el miedo a perderlos, a no hacerlo bien”. “Todo eso me tocaba muy de cerca y fue una maravilla leer el guion, trabajar eso y dejarme llevar por esa belleza y poesía”, apuntó además de referirse al “impacto” que le produjo ser consciente de que el robo de bebés se mantuvo hasta los años 90, con una “impunidad terrible” que hacía que ni siquiera se pudiera hablar de las personas que han sufrido eso, que son como fantasmas en esta sociedad a los que nadie ve, y de los que nadie quiere hablar”.

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