Diario de Valladolid

El Patio Herreriano, entre las vanguardias revisadas y la reinvención del paisaje

El MPH transforma la Capilla con una intervención de David Bestué al tiempo que regresa a la CAC reuniendo obras de Barradas, Gargallo, Mallo, Santos, Bores o Lam

'Jones', de Villalba, frente a una obra de Gargallo dedicada a Chagall

'Jones', de Villalba, frente a una obra de Gargallo dedicada a Chagall

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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El Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano renueva sus exposiciones con dos propuestas, Pajarazos y Vanguardia y Destino , que se extienden por la Capilla y la Sala 9 y por las Salas 6 y 7 del espacio que dirige Javier Hontoria

Si en las dos primeras David Bestué (Barcelona, 1980) indaga en algunas claves del paisaje, la historia y el patrimonio castellano y vallisoletano, con un trabajo en el que resuena la voz poética de la asturiana Olvido García Valdés –‘Renueva ahora los brotes, envía / primero la amapola a los caminos (...) /  Anuncia del trigo las espigas / azules, la crespa hoja del roble, acoge / como tuyas las alas de esos árboles cipreses / que te saludan pajarazos’–, en las otras dos el MPH vuelve su mirada a una de sus exposiciones más celebradas, Experiencias de la modernidad (2013), para, desde el marco temporal que definía ésta para enmarcar el ámbito de las vanguardias, regresar a los fondos de la Asociación Colección Arte Contemporáneo –custodiados en el museo vallisoletano– y «revisar las obras que un día quisieron ser modernas y que hoy funcionan como génesis o detonantes de nuevas posibles percepciones en torno al arte de nuestros días».

«Tradicionalmente, nos asomábamos a las obras de vanguardia buscando los referentes anteriores, como en ese paisaje de Sunyer que tiene resonancias cezannianas. Ahora queremos verter nuestra percepción sobre esas obras de vanguardia, asomándonos al objeto, al paisajes, al rostro y al cuerpo», apuntó Hontoria.

En la planta baja, en la Capilla y en la Sala 9, Bestué propone una aproximación esquemática al paisaje, desde el color y la materia: tritura elementos de la tierra para convertirlos en pigmentos. Y levanta, en el primer espacio, un pilar de paja y papel que, como advirtió durante la inauguración el artista, bien puede evocar a una columna de retablo o a un ciprés. Frente a la dureza de la piedra, la calidez de unos materiales orgánicos que un día estuvieron vivos. Y despliega, en el segundo, Palés, Papeles, Pétalos, Figuras y Torsos con estructuras y figuras surgidas de la manipulación de materiales como la madera o la resina, conectando con el imaginario del espectador, evocando iconografías muy asentadas en la memoria de esta tierra.

Los versos de la Premio Nacional de Poesía –fue docente en Valladolid– y las esculturas policromadas barrocas y renacentistas, marcan estos trabajos; también lo hace la historia de destrucción urbana del Valladolid de los sesenta –se recuerda en unas fotos–.

En la tercera planta, el MPH despliega Vanguardia y Destino con obras de la CAC –también de los fondos de la Colección Naturgy Energy Group que se conservan en Valladolid– de artistas como Gargallo, Díaz Caneja, Oteiza, Ferrant, Mallo, Chillida, Dalí, Planells, Cossío, Moreno Villa, Bores, Lam, Barradas, Massanet o Torres García ; también de Plensa, Iglesias o Irazu . Pinturas  y esculturas que atestiguan la forma en la que los artistas, a través del tiempo, se han asomado a los rostros, a veces como máscara compacta y otras, jugando con el aire y los vacíos, y a los cuerpos, con trazos realistas o con el perfil desdibujado o contoneante propios de unas miradas más oníricas.

Objeto, espacio y lugar también han ocupado a los artistas, algunos deleitándose en las tranquilas y diáfanas líneas del campo, como Lam, y otros explorando la naturaleza laberíntica de urbes como Barcelona, en el caso de Barradas.

Dos propuestas que se mantendrán hasta finales de año en el Museo Patio Herreriano.

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