Nemesio Montero y la historia de un sueño cumplido después de 70 años
El servicio de publicaciones del Ayuntamiento publica ‘Templos de Valladolid’, un recorrido visual por el patrimonio de la ciudad realizado por el pediatra en 1953
Setenta años después de enfocar su primer objetivo, se ha cumplido el sueño del pediatra vallisoletano Nemesio Montero Pérez (1906-1981), miembro de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, que el 30 de junio de 1953 obtenía el permiso del Arzobispado para adentrarse en las iglesias, capillas, seminarios, cofradías, oratorios y conventos de la ciudad con sus máquinas Contax, Voigländer y Rolleiflex y retratar sus tesoros artísticos. Hombre polifacético y culto, narrador, poeta y divulgador, quería realizar una suerte de catálogo artístico que llevara por título Templos de Valladolid . Una publicación que, gracias al servicio de publicaciones del Ayuntamiento de Valladolid, es ya una realidad. Esta mañana se presentó en la Casa de José Zorrilla en un acto que contó con la intervención, entre otros, del editor, Jesús Urrea , y del alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero , que agradeció al anterior Equipo de Gobierno la iniciativa.
«Entre 1953 y 1955, Nemesio Montero pudo registrar esos templos en un momento de pausa en Valladolid, sin que se registrasen entonces alteraciones graves en la fisonomía de la ciudad», explicó el catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid durante su intervención. Urrea, en el estudio preliminar que acompaña al catálogo, recuerda cuál era la visión de Montero Pérez –nieto del alcalde de barrio Nicasio Pérez– respecto de aquellos rincones de la ciudad: ‘Dentro de cierto tiempo sólo existirán en mi libro, ya que los días no pasan en balde’, vaticinó el doctor, que fue el primer presidente de la Asociación Fotográfica Vallisoletana y que llegó a filmar un documental, Bienvenidos a Valladolid , que es una «extraordinaria aproximación a cómo era la ciudad en los años sesenta».
El volumen, señaló Urrea, reproduce más de 200 imágenes –«las de mayor interés»– de la colección de 850 placas de cristal que las hermanas de Montero Pérez donaron al Arzobispado de Valladolid a su muerte . El pediatra dirigió sus objetivos, por lo general, al interior de los templos. «Son templos que han cambiado, han desaparecido o han sido modificados. Gracias a Nemesio Montero hoy tenemos esa visión», celebró Urrea antes de enmarcar el origen del proyecto: a comienzos del pasado siglo, el Ministerio de Fomento puso en marcha un proyecto para realizar el Catálogo Monumental de toda España, que en los años cuarenta contó con el respaldo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. La Diputación de Valladolid le encargó la visión al cronista Esteban García Chico, que comenzó por las dos Medinas y por Nava del Rey. «Nunca se concibió que se hiciera lo mismo en la ciudad», subrayó Urrea. Ahí nació el sueño de Nemesio Montero.
La Catedral; las parroquias de Las Delicias, Pilarica o La Rubia; cofradías como las de La Vera Cruz o Nuestra Señora de Las Angustias; santuarios y oratorios como los de La Gran Promesa o El Rosarillo; monasterios y conventos como lo de SanBenito el Real o Santa Clara; y capillas y seminarios como las del Hospital Militar o el de Escoceses son retratadas en las más de 200 páginas de este volumen.
Un libro que cuenta con una imagen del Monasterio de Santa Catalina en su portada. Una elección nada caprichosa, reconoció Urrea, ahora que el Ayuntamiento ha de decidir el futuro del espacio. «Es un reto. Ha de ser respetuoso con la historia, con la imagen y con el uso serio del edificio», advirtió el también miembro de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción.