Diario de Valladolid

El Calderón baja el telón con un canto al arte insobornable en la voz de Rosa Chacel

Cierra temporada con el estreno de 'Rosas', un tributo a la autora protagonizado por Marta Ruiz de Viñaspre y escrito y dirigido por un José Manuel Mora seducido por su visión de la literatura

Marta Ruiz de Viñaspre en un ensayo de 'Rosas'. | GERARDO SANZ

Marta Ruiz de Viñaspre en un ensayo de 'Rosas'. | GERARDO SANZ

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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«Pensamos demasiado  sobre a dónde queremos llegar, cuando quizá lo importante sea el camino que hacemos... Esta obra reflexiona sobre ello», advierte la actriz vallisoletana Marta Ruiz de Viñaspr e unos días antes de estrenar, el próximo 2 de junio, Rosas , el espectáculo con el que el Teatro Calderón afrontará la despedida de la presente temporada. Y la reflexión llegará en la voz de la escritora vallisoletana Rosa Chacel , en el 125 aniversario de su nacimiento, proyectada por la actriz y avivada por el director y dramaturgo José Manuel Mora , uno de los responsables de levantar este espectáculo que cuenta con escenografía y vestuario de Ana Garay (CNTC, Teatro Real de Madrid), videocreaciones de Carlos Nuevo (Rayuela Teatro), y asesoramiento musical de Jordi Gimeno (OSCyL), entre otros profesionales involucrados. 

Mora, reconoce, compartía con el director artístico del teatro José María Viteri un anhelo: volver a la literatura de escritores vinculados a la ciudad para, a través de sus líneas, entender mucho  de lo que acontece hoy. Con ese propósito, mano a mano, ambos llegaron a la obra de la escritora de Barrio de Maravillas , «a su increíble manejo de la lengua», a «su capacidad de introspección», a su talento para el «análisis certero y duro, que hace sobre ella misma o sobre su época y sus circunstancias».

«Estuvimos leyendo cosas de Umbral, de Jiménez Lozano... Hasta que llegamos a Rosa Chacel y yo descubrí una figura insólita con una visión del país, y de lo que supuso el exilio, nada edulcorada, sin filtros, descarnada. Ahí estaba esa mujer, que estuvo permanente en un no lugar y que se dedicó a su literatura pagando un precio, a veces, muy alto . Esa idea de alguien haciendo su arte sin preocuparse de la finalidad del mismo, del éxito o de su lugar en la sociedad, me conmovió», señala en declaraciones a este diario el autor de Los nadadores nocturnos,  Premio Max al Espectáculo Revelación en 2015.

Y en la obra de Rosa Chacel halló el también director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León «un lugar de resistencia», un espacio desde el que tratar de entender hasta qué punto es posible hacer lo que uno quiere sin pagar un precio. «Esa ecuación no está resulta», adelanta Mora.

En Rosas se recorre la vida de la escritora, desde su infancia hasta su exilio. «Ese sentir de no pertenecer a nada, el saber que su escritura no era para todo el mundo y que la sociedad en la que vivía no estaba preparada para su literatura... Me he reconocido en eso, como en su manera de pensar, en su forma de fijarse en las cosas más minuciosas», celebra Ruiz de Viñaspre. Mora sumó a la actriz al proyecto hace ahora un año; la intérprete, uno de los pilares de la formación vallisoletana Ghetto 13-26 , había sido una de las protagonistas en 2021 del estreno de Between Lands. Running for democracy , un proyecto europeo de reflexión y creación artística dirigido por Nicola Borghesi a partir de los textos, entre otros dramaturgos, de José Manuel Mora.

«Me encantó la idea. Conocía a Rosa Chacel pero no con la profundidad con la que la conozco ahora. Ha sido un proceso de indagar, sobre todo, en sus diarios, en sus entrevistas y en sus novelas, en su Estación. Ida y vuelta ... He acabado amándola», celebra la recordada protagonista de Dogville , versión teatral de la obra de Lars von Trier, con la que Rayuela Teatro ganó un Premio Max al Espectáculo Revelación en 2011.

Marta Ruiz de Viñaspre prestará su voz y su cuerpo a la autora de Memorias de Leticia Valle . El público, sin embargo, no la encontrará caracterizada como la escritora, nacida un 3 de junio de 1898, y fallecida en Madrid, un 27 de julio de 1994. « Hay, más allá de la Generación del 27, tantas Rosas, tantas mujeres que han sido y son poco reconocidas , que no aparecen como deberían en los libros de texto. Hay una conexión tremenda con lo que hoy vivimos en el mundo del arte», asegura la actriz, acostumbrada a caminar por los márgenes, alejada, por así decirlo, de lo canónico. «En ese sentido, me reconozco en su figura, porque yo no creo en el ‘negocio’ de esto, sino en la necesidad de contar, de expresar pulsiones. Son cosas que siento que he de hacer y que sé que no van a llegar a todo el mundo. Y no me importa, como tampoco le importaba a ella, que nunca renunció a hacer lo que quería», sentencia la vallisoletana. 

«Cuando las cosas no te llegan cuando crees que te tienen que llegar, dejan de importante», abunda Mora, que recuerda cómo Chacel, en sus últimas entrevistas, hablaba del reconocimiento tardío –recibió el Premio Nacional de las Letras en 1987– sin aparente emoción. «Es algo hermoso. Es una reivindicación del arte sin la finalidad de obtener un prestigio, una influencia . Eso hoy es imposible, el encontrar un creador que pueda trabajar sin pensar en la editorial, en el teatro, en la industria cultural de turno. Al mismo tiempo, ahí hay mucho sinsabor, mucho dolor», subraya el dramaturgo y director que, a través de la figura de la escritora, quiere «llegar a esos autores que cultivan su arte sin pensar en nada a cambio».

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