El Museo Patio Herreriano reivindica la obra «poliédrica» de Victoria Civera

El Museo Patio Herreriano abrió ayer sus puertas a una artista que escapa de cualquier etiqueta. O que las agota al desarrollar su obra, en pequeño o gran formato, a través de la pintura, de la escultura, de la fotografía o de la instalación. Irónica, sensual, sexual, simbólica, enigmática, íntima en el uso de referencias personales y cotidianas, ácida... Es Victoria Civera (Puerto de Sagunto, Valencia 1955). Una artista que, como señaló durante la inauguración de El tiempo es circular en el silencio el director del Museo Patio Herreriano Javier Hontoria , tuvo un papel «precursor»  en la posición preponderante que la figuración adquirió frente a la abstracción. 

Una abstracción de la que, sin embargo, nunca ha renegado. Su «trayectoria consolidada» bien merece una retrospectiva como la que le dedica el centro vallisoletano en sus salas 3, 5, 5 y 8.

Civera, «una de las figuras más rutilantes» presentes en la Colección Arte Contemporáneo que custodia el MPH, no pudo por menos que agradecer esta mañana la propuesta del museo, en tanto que presenta «el esqueleto» de su «poliédrica» producción, dando cuenta también de cómo es su proceso de gestación –en un rincón de la sala 8 se puede contemplar, paso a paso, con bocetos y collages, cómo ha construido alguna de las obras–.

El tiempo es circular en el silencio recupera , en la sala 5, trabajos de sus años neoyorquinos –allí se instaló junto a su pareja, Juan Uslé, en los ochenta–, germen de todo lo que vendría después, expandiendo su obra, eminentemente pictórica, con sus primeras tentativas tridimensionales, experimentando también con el espacio. Despliega el MPH un catálogo de objetos, pequeñas esculturas que integran fotografías o retales que parecen contener la memoria de lo vivido.  En EEUU, advierten desde el MPH, Civera desarrolló toda «una dialéctica en torno a las posibilidades de la imagen, que desde muy temprano se revelan, precozmente, como iconos en potencia y que serán testigos de un intrigante tránsito hacia las tres dimensiones». 

Con obras colosales como Sketch para un soñador de islas o The diferences between , en la sala 3 se reúnen trabajos de la valenciana con un perfil arquitectónico, transformando el espacio con su apariencia funcional.

En la sala 4, compone el MPH una personal constelación con los tondos de la artista, en muchos de los cuales parece Civera reflexionar sobre el universo femenino, sobre su realidad y sus emociones, en obras como Eva o Cataplaf . También lo hace en la sala 8 en otras obras emblemáticas como Hermanas españolas o Saliendo del paisaje –con esa mujer decidida que da la espalda a un paisaje a lo Caspar David Friedrich para salirse del marco establecido–.

El tiempo es circular en el silencio permanecerá en el Patio Herreriano hasta el próximo 17 de septiembre.