Diario de Valladolid

Falagán traza sugerentes lazos de color con senegal

Exhibe por primera vez los frutos de su residencia como becado de la Fundación Ankaria en 2018

GALERÍA SEISMASUNO

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Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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En noviembre de 2018, de la mano de la Fundación Ankaria, el artista vallisoletano Julio Falagán (1979) disfrutó de una residencia artística en Senegal, con la que pudo investigar sobre el muralismo y la iconografía popular que adornan la vida en ciudades como Dakar y Saint Louis. Y el creador puso sus ojos sobre las pintorescas carrocerías, sobre los singulares rótulos de negocios, sobre los alegres ropajes... sobre unos trabajos, en definitiva, que en muchos casos llevaban la firma de artistas locales, que encuentran en esas obras un medio de subsistencia. Arte como forma de expresión, como reclamo de miradas. 

Hasta el próximo 27 de marzo se podrán ver por primera vez los frutos de su trabajo en la Galería 6mas1 de Madrid , reunidos bajo el título Danka danka, en una exposición en la que el vallisoletano comparte espacio también con Los Bravú (Todo corazón).

Falagán registró todo ese universo pictórico para realizar en su estudio «réplicas alteradas» que se mezclaran «con elementos de la cultura popular española, en un potente juego de colores y conceptos» ; para reflexionar sobre «las semejanzas y diferencias entre estas dos culturas», tal y como advierten desde el espacio.

«Cuando me dieron la beca me puse a investigar. Más que en su arte, estaba interesado en su cultura popular. Allí todo se rotula con un estilo muy puro; te explota la cabeza al ver sus colores», recordó el artista para este diario.

Falagán llegó a Senegal decidido a centrarse en dos ámbitos muy concretos, como el del negocio de las peluquerías y el de los autobuses , pero no pudo ignorar otras realidades. «Al estar allí ves que ese mundo pictórico y colorista está en todas partes. Las barcas de pescadores, por ejemplo, tenían su propio estilo decorativo, menos llamativo a primera vista. Pero los pedazos que me encontraba en la playa y recogía tenían tal connotación que acabaron por atraparme, hasta el punto de generar otra línea de trabajo. Allí el Atlántico es fiero y hay bastantes naufragios, dejando en la arena retales de madera con amuletos incluidos, que meten entre el caucho que cubre las tablas. Eso da que pensar, te traslada a esos viajes migratorios hacia España», evocó Falagán, un creador acostumbrado a reflexionar de forma crítica sobre el presente trabajando sobre otras manifestaciones de arte popular, marginales y olvidadas.

Colaboración

El artista –que compartió beca con Avelino Sala (Gijón, 1972),  Paula Anta (Madrid, 1977) y los artistas de Dakar Abdoulaye Armine Kane (1965), Fally Sene Sow (1989) y Caroline Gueye (1989)– se llevó hasta Senegal paisajes populares de España para crear allí, mezclando sus lienzos y sus collages con las telas africanas, y para colaborar con artistas locales como Lamin.

«No sólo se trataba de introducir telas e iconografías, sino también la mano local. Al final, Senegal tiene más peso en esta serie, quizá por la fascinación que ha generado en mí», valoró.

Con Lamin, por ejemplo, Julio Falagán transformó un paisaje de molinos en el escenario de un combate entre luchadores senegaleses. « Quise que los pintara gigantes, como algo quijotesco, pero por respeto los pintó pequeños, en una esquina, como para no molestar», explicó el vallisoletano, que completó la obra insertando a un conocido luchador canario, el León Blanco, que ha triunfado en la arena senegalesa.

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