Andrés Gertrúdix y Belén Cuesta, ‘actores del siglo XXI’

La Semana de Cine de Medina del Campo sigue sumando nuevos nombres. A los ya anunciados de Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga y Joan Garaño como ‘Directores del Siglo XXI’, los organizadores del certamen dieron a conocer ayer los de Belén Cuesta, que recibirá el Roel de ‘Actriz del Siglo XXI’, y Andrés Gertrúdix, como ‘Actor del Siglo XXI’.

En la última edición de los Premios Goya, la sevillana Belén Cuesta fue nominada como Mejor Actriz de Reparto por su interpretación en la película de Javier Ambrossi y Javier Calvo, La Llamada y Andrés Gertrúdix como Mejor Actor por Morir.

No es la primera nominación para Belén Cuesta. En 2017 también optó al Goya por su papel de reparto en Kiki, el amor se hace, de Paco León. Ese mismo año también se alzaba con el Premio Feroz como Mejor Actriz de Reparto en series por Paquita Salas por su papel interpretando a Magüi Moreno.

Para la actriz, la llegada a su vida tanto de La Llamada como de sus responsables, Javier Calvo y Javier Ambrossi, ha sido un «auténtico regalo caído del cielo». «Siempre digo que Los Javis son el mayor golpe de sueño que he tenido. Llevo haciendo teatro desde pequeña, pero La Llamada ha supuesto un empujón y me ha abierto las puertas de muchísimas cosas».

Para Andrés Gertrúdix, aunque su primera nominación al Goya por su interpretación en Morir, película de Fernando Franco, no le valió finalmente la estatuilla, la simple nominación ya fue «todo un premio».

Gertrúdix lleva trabajando como actor desde 1996, año en el que debutaba con el largometraje de Pilar Ruiz-Gutiérrez, Blanco perfecto. A sus espaldas, el actor madrileño carga con más de cuarenta títulos.

Gertrúdix comenzó estudiando Teatro en la Escuela Internacional de Teatro de Juan Carlos Corazza en su ciudad natal, donde también se han formado actores como Javier Bardem, Silvia Abascal, Elena Anaya o Manuela Velasco, entre otros. Finalizados sus estudios, dejó España para marcharse a Estados Unidos, donde consiguió un papel en la obra de teatro Hello Dolly, de Claudia Brewer.

A su regreso a España, protagonizó el primer corto de Achero Mañas, Paraísos Artificiales, en 1998, un rodaje que le sirvió de plataforma de despegue hacia la gran pantalla. Su primer largometraje le llegó de las manos de Ray Loriga, con La pistola de mi hermano. Después llegaron El Bola, (Achero Mañas, 2000); Piedras (Ramón Sálazar, 2002); Cámara Oscura (Pau Freixas, 2003) El frío sol de invierno (Pablo Malo, 2004) o A golpes (Juan Vicente Córdoba, 2005). En 2007, el madrileño se alzaba con la Biznaga de Plata al Mejor Actor en el Festival de Cine Español de Málaga por el cortometraje Verano o los defectos de Andrés, de Jorge Torregrossa. Ese mismo año llegó a su máxima popularidad con el estreno de El Orfanato. Regresó a la pantalla con el estreno de El idioma imposible, de Rodrigo Rodero, que se llevaba el premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival de Cine de Toulousse.