HOMENAJE UNO DE LOS PILARES LLEVA DESDE AYER SU NOMBRE
Urdiales ya forma parte de la historia del Calderón

Óscar Puente y Carmen Urdiales descubren la placa en el Calderón.-J. M. LOSTAU
Un acto «de justicia». Era el sentir unánime de todos los asistentes al homenaje que ayer se rindió al actor y dramaturgo y fundador de teatro Corsario, Fernando Urdiales (1951-2010).
Desde ayer, su nombre ha quedado ligado a la historia del teatro Calderón tras el descubrimiento de una placa en bronce en uno de los pilares que flanquean la entrada del coliseo, acto que corrió a cargo del alcalde, Óscar Puente, y de la hermana del dramaturgo, Carmen Urdiales. «Valladolid le debía un reconocimiento y con este acto estamos comenzando a pagar esa deuda», destacó Puente.
El escritor Gustavo Martín Garzo, la poetisa Esperanza Ortega o el actor Juan Antonio Quintana -quien también tiene una placa en el Calderón- fueron algunos de los asistentes, además de numerosos compañeros y amigos del homenajeado. Todos quisieron participar de este acto que se celebró ayer coincidiendo con el séptimo aniversario de su fallecimiento. «Si Fernando viera esto, diría que todo su esfuerzo habría valido la pena», señalaba emocionada su hermana.
«Mi hermano navegó en el río de la vida con una tripulación que siempre lo acompañó y trabajó con él con mucho cariño», dijo haciendo alusión a la obra La caza del snark con la que Urdiales dio sus primeros pasos en Corsario y a la que también hace referencia la placa en su honor en la que sobresale la figura de un barco y la leyenda Porque el snark/no era un snark/sino un Boojum/ y mas no había. Una historia que relata las aventuras de una tripulación que navega tratando de atrapar una misteriosa criatura conocida como Snark. «Una historia sin sentido que escribió Carroll y que puede interpretarse como una metáfora de la búsqueda constante de la compañía que Fernando fundó y dirigió hasta su muerte», señalaba Luis Miguel García, su amigo y compañero de Teatro Corsario. Y es que, Urdiales era también un «monstruo del teatro».
«Tenaz, luchador, infatigable, curioso, precoz», fueron algunos de los adjetivos con los que ayer le definieron sus compañeros. Él puso en pie una de las cinco compañías más longevas de España, fruto de su empeño por profesionalizar el sector de las artes escénicas.
«Le gustaba decir que él era Frankestein y Teatro Corsario su monstruo. Pues ese monstruo, aún permanece en pie», celebraba ayer Luis Miguel García.
La placa de Urdiales, obra de la escultora vallisoletana Mery Maroto, se suma a las ya dedicadas a Concha Velasco, Lola Herrera, Juan Antonio Quintana, Vicente Escudero y Mariemma.