Cristina R. Vecino seduce con los enigmas del vacío

El pasado año, con motivo de la exposición que le dedicaba la Fundación Foto Colectania a la colección privada del historiador del arte Michel Frizot, éste defendía que el enigma es «un elemento esencial del propio acto fotográfico». «El enigma nace de la distancia que existe entre la percepción del ojo humano y la captura fotosensible de la cámara. El resultado es un desbordamiento de nuestros sentidos», explicaba el teórico francés. Y los sentidos se desbordan en las siempre evocadoras y ambiguas imágenes de Cristina R. Vecino, que hilan relatos mudos, múltiples, ante los ojos del espectador.

Tras levantar junto a María Tinaut una Memoria construida, proyecto presentado en la edición de CreaVa del pasado año, la artista vallisoletana regresa ahora a la Galería Javier Silva con la individual Anegar. De nuevo el vacío como terreno abonado para la fabulación.

«Cuando todo se hace presente, se mata la imaginación», proclama ante unas imágenes descontextualizadas, en las que predominan la oscuridad y la huella. Espacios brumosos, siluetas frágiles apenas intuidas, el eco de un impacto detenido en la lente de la fotógrafa...

La artista vallisoletana desarrolla un trabajo en el que la intuición y la reflexión comparecen en equilibrio. La intuición le lleva a dirigir su cámara hacia lo que puede permanecer oculto en la realidad, hacia los rincones no revelados, hacia los enigmas que subyacen en un vacío al que, de forma inconsciente, se ha ido abismando en su carrera, revelándose como una constante sólo cuando ha revisado su archivo con perspectiva. «La idea del vacío me atrae. Transmite una presencia previa. En fotografía, ese vacío son los espacios en negro», reflexiona la creadora, que cita a Junichiro Tanizaki (El elogio de la sombra) para reivindicar la importancia de lo sutil, de lo sugerido, de una oscuridad que tiene más que ver con la naturaleza del hombre que todo el exceso lumínico derivado del supuesto progreso de la sociedad actual.

Búsqueda

Cristina R. Vecino rehuye de la imagen inequívoca. «Si hay espacio entre las cosas hay posibilidad de movimiento, de búsqueda», advierte una artista que se pregunta cómo se comporta el individuo ante la idea del vacío. «Uno puede sentirse ahogado en él, o bien puede acudir a él al sentirse anegado por todo cuanto nos rodea, que tiende al exceso», apunta la artista, que espera poder condensar su discurso en una publicación con sus fotografías.

Anegar permanecerá en la Galería Javier Silva (calle Renedo, 8) hasta el próximo 13 de enero.