Redondela exhibe en Rafael sus universos rurales

«Nunca he tenido prisa. Nunca me he apuntado a nada que estuviera de moda. He ido tan solo quitando lo accesorio para conseguir la mayor síntesis sin empobrecer la pintura. Porque la pintura puede ser muchas cosas, pero para mí, es dejar el alma en lo que haces. La que no me emociona, la que no me dice cosas, no me interesa».

Así definía Agustín Redondela (Madrid 1922-2015) su manera de entender la pintura. Ahora, parte de ese alma que él entregó durante toda su vida a su obra buscando emocionar a través de sus pinceles y su inconfundible paleta de colores, se asoma desde la galería de arte Rafael. Son treinta obras- 14 óleos y 16 acuarelas- que permanecerán expuestas durante todo este mes en este espacio de la calle Miguel Íscar.

Es la segunda retrospectiva que se realiza del artista -la primera fue hace unos meses en Madrid- tras su muerte en abril de 2015.

Agustín Redondela formó parte de la Escuela de Madrid junto a Martínez Novillo, Luis García-Ochoa o Álvaro Delgado, aunque se distinguió de sus compañeros por utilizar una gama de colores fríos, con predominio de grises y azules.

Considerado uno de los mejores paisajistas contemporáneos -fue Premio Nacional de Pintura en 1953- la galería Rafael presenta una colección de obras realizadas entre 1956 y 2002. Su mundo plástico está compuesto por pequeñas callejuelas o plazuelas donde parece que no transcurre el tiempo, soberbios paisajes de amplios campos castellanos, tardes de estío o ermitas de escenarios tan reconocibles como Tordesillas, Brihuega, Sepúlveda o Lozoya.

Para Redondela, cada pincelada tiene un sentido. Las líneas curvas, la gradación tonal tonal dando preferencia a los blancos y el colorido templado son su seña de identidad.

La exposición puede visitarse todo este mes de lunes a viernes de 12,00 a 14,00 y de 18,00 a 20,00 y los sábados de 12,00 a 13,30 horas.