Diario de Valladolid

El gasto de los hogares sigue al alza pero aún es un 7% inferior al de antes de la crisis

El presupuesto familiar asciende a 26.919 euros en Castilla y León, 3.000 euros menos que la media, aunque ha crecido un 8,2% desde que tocó suelo en 2013 / La vivienda absorbe el 30% de la factura doméstica

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Raquel Sastre

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El gasto medio de los hogares en Castilla y León continúa al alza, en una tendencia ininterrumpida que se inició en 2014, cuando la mejoría económica se evidenció ya en términos micro. Sin embargo, la alegría en el consumo todavía es contenida.

La Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicada ayer, cuantifica en 26.919 euros el desembolso medio realizado por las familias de la Comunidad en 2018. La cifra es todavía un 6,89% inferior a la alcanzada en 2008 –cuando la factura doméstica era casi 2.000 euros superior, al situarse en 28.911 euros–, ejercicio en el que el gasto alcanzó el último pico previo al descalabro que sufriría con la crisis.

Esta brecha es ligeramente inferior en el conjunto de España, donde el presupuesto de los hogares en la actualidad es casi un 6% inferior al de hace diez años. No obstante, la recuperación del nivel de gasto con respecto al periodo pre-crisis es todavía más lenta en comunidades como Canarias –donde es un 13% más bajo que en 2008–, Galicia (9,27%), Asturias (8,64%), Madrid (7,5%) y Andalucía (7,11%).

Si se toma como referencia la evolución de la última década, se observa que los presupuestos de las familias castellanas y leoneses tocaron suelo en 2013, cuando rozaron los 24.880 euros. Cinco años después, ese importe ha repuntado un 8,2%.

En el conjunto del país, la desaceleración del gasto de los hogares alcanza el peldaño más bajo un año después, en 2014, hasta situarse en casi 27.090 euros. Así, en 2018, el aumento es del 10,27%.

La Encuesta de Presupuestos Familiares refleja también la influencia de la estructura socioeconómica de la Comunidad en los hábitos de consumo. Así, la factura de los hogares castellanos y leoneses llegó a ser hasta 3.513 euros inferior a la media nacional en el año 2010. Esa distancia se estrechó hasta los 1.426 euros en 2015 y en 2018 se situó en 2.952.

Para entender estas diferencias hay que tener en cuenta algunas singularidades de esta Comunidad, como sus características demográficas –con una población más envejecida que la media–; las sociales –con una tendencia más favorable al ahorro que a la inversión–; y las económicas –con unas rentas inferiores a la media–.

Ello explica también la disparidad que se produce en el gasto medio por persona entre territorios. El pasado año, un castellano y leonés dedicó a su día a día 11.663,6 euros. Por debajo de esta cantidad se situaron los canarios (9.405 euros), extremeños (9.521), castellano-manchegos (10.031 ), andaluces (10.819 euros), murcianos (10.973), gallegos (11.118,6 euros) y valencianos (11.512).

PRIORIDADES

Pese a que la crisis obligó a los hogares a apretarse el cinturón, las familias castellanas y leonesas no alteraron el orden de prioridades.

El grueso de sus presupuestos lo dirigen a pagar la vivienda y sus facturas de agua, electricidad, gas y otros combustibles. Estos conceptos absorben de media el 30% del gasto de los hogares en 2018, alrededor de 8.082 euros.

Ya en 2012 eran el principal capítulo del gasto familiar, aunque entonces esta partida representaba el 32,5% del total (8.271 euros).

La alimentación se coloca en segunda posición. A la dieta diaria dedican los castellanos y leoneses que conviven en una unidad familiar 4.082 euros (dato de 2018), el 15,17% de su presupuesto anual.

Si en época de vacas flacas hay que privarse de caprichos, la comida no es uno de ellos, puesto que en 2012 la cesta de la compra también copaba el 15,75% del montante disponible para el hogar, aunque en términos absolutos la cantidad dedicada a alimentación era ligeramente inferior, de 4.011,7 euros.

La tercera área de gasto del presupuesto familiar es el transporte, que aglutina el 13% del cash doméstico (3.506 euros), apenas un punto más que en el momento más álgido de la crisis.

HOTELES Y OCIO

La cuarta prioridad de los castellanos y leoneses es el disfrute en hoteles y restaurantes. A ello destinaron el año pasado el 9,7% de sus recursos, 2.605 euros. Y por ahí empezaron a recortar muchos hogares cuando llegó la recesión, puesto que a hotelería y restauración dedicaban en 2012 el 8,5% de sus presupuestos (2.165,8 euros).

La bonanza económica no pasó tal factura a la inversión en ocio y cultura, que apenas se resintió. En 2012 representaba el 6,38% del gasto familiar y el año pasado apenas había crecido hasta el 6,4%.

En cambio, el dinero destinado a ropa y calzado ha encogido a medida que las cuentas corrientes de los hogares se oxigenaban. A la moda dedican hoy 1.248,5 euros –el 4,64% de sus presupuestos–, frente a los casi 1.293 euros que desembolsaban en 2012 –el 5% del total de sus gastos–.

Otro hecho curioso que pone de manifiesto la encuesta del INE es la variación que se produce en el volumen de desembolso al que hacen frente los hogares en función del perfil del sustentador principal.

SUSTENTADOR

Así, llama la atención el hecho de que en la actualidad el gasto medio en Castilla y León es más elevado en los hogares donde el pilar económico más sólido es un trabajador por cuenta ajena –hasta los 31.775 euros–, y se reduce a 30.462 euros cuando la principal fuente de ingresos la constituyen la nómina del autónomo y/o empresario y las rentas de la propiedad y del capital.

Esta tendencia se invierte tanto en el año previo a la crisis, como en el punto más agudo de la recesión. En aquel momento, la capacidad de hacer frente a los gastos domésticos era mayor para los trabajadores por cuenta propia –33.560 euros en 2012 y 36.442 en 2008– que para las familias que dependían de un salario –29.688 euros en 2012 y 33.107 euros en 2008–.

Es asimismo reseñable el papel como sustento del hogar jugado por pensionistas y perceptores de otros subsidios y prestaciones. En 2008, el gasto en estas familias dependientes de estos ingresos regulares ascendía a 21.283 euros; en plena crisis se redujo a 20.058 euros y el año pasado volvió a incrementarse hasta los 21.497 euros.

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