La deuda sanitaria acapara 7 de cada 10 euros del total, pese a bajar 333 M€

Castilla y León recorta su deuda sanitaria en 333 millones. La reduce en el último año un 68%, 20 puntos más que la media nacional.

Pese a esta evolución favorable en las cuentas, las facturas pendientes de pago a sus proveedores sanitarios ascienden a 155,7 millones de euros, lo que la sitúa con la sexta comunidad con mayor deuda de este tipo, según el último informe del Ministerio de Hacienda, que analiza los datos fechados en mayo de este ejercicio.

Aunque la reducción supera más de la mitad del montante que arrastraba en 2016, el gasto sanitario continúa teniendo mucho peso en las cuentas autonómicas y acapara, de nuevo, un alto porcentaje de la deuda comercial de Castilla y León. En concreto, siete de cada diez euros de los 212,2 millones que en mayo aún debía a sus proveedores.

Lo que tiene pendiente de abonar por medicamentos, servicios asistenciales, material sanitario o suministros representa el 70% de lo que debe en total la Comunidad. Sin embargo, doce meses antes su incidencia era mucho mayor y prácticamente todos los pagos comerciales que adeudaba, un 90%, tenían origen sanitario.

La disminución de las obligaciones en la comparativa anual se debe fundamentalmente «a los 360 millones que la Consejería de Hacienda incorporó al presupuesto inicial de Sanidad» en 2016.

Estos ingresos procedieron de distintas fuentes. El consejero de Sanidad, Antonio Sáez, detalla algunas de esas procedencias, como «los remanentes del pequeño porcentaje del presupuesto que no llega a ejecutarse, las liquidaciones de años anteriores o las transferencias del Estado».

Sáez recuerda que, por su naturaleza, el dinero planificado inicialmente para el área que dirige siempre se ve rebasado, frente a la rigidez de otros departamentos. «Nuestro caso no es como el de Fomento, que no puede licitar una carretera sin dinero. En Sanidad no tenemos esa limitación. Nosotros no vamos a dejar de comprar medicamentos», incide, y añade que la financiación asignada en las cuentas autonómicas a Sacyl, «con 3.500 millones, es de mucho mayor volumen que otros».

De ahí que la mayoría de los ingresos adicionales de los que dispone el Ejecutivo autonómico a lo largo de cada ejercicio se destinen a la cartera que gestiona Sáez. «Es la tendencia habitual por el tipo de prestación», precisa.

El consejero indica que «los factores varían cada año», pero en todos surgen gastos extraordinarios, y recuerda como ejemplo significativo el generado en 2015 por el coste de los fármacos de la hepatitis C.

Según este último balance aportado por el departamento dirigido por Cristóbal Montoro, los pagos sanitarios pendientes tienen, a nivel nacional, menor impacto en la deuda global: los 6.126 millones que debe el país suponen un 62,4% de la deuda comercial nacional, por debajo del 73% castellano y leonés.

Las últimas cifras colocan a Castilla yLeón detrás de la Comunidad Valenciana, que, otro año más, se distancia del resto y se sitúa como la que más debe, con 931 millones. La Sanidad de Cataluña y Madrid le siguen con facturas mucho más abultadas que las de la Administración castellano y leonesa. Arrastra 879 millones la comunidad catalana y otros 413, la madrileña.

También se encuentran por delante Andalucía y Murcia, situadas en cuarto y quinto lugar, ambas con cantidades más próximas a las de Castilla yLeón, pero todavía sensiblemente superiores: 374,8 y 220 millones, respectivamente.

En el otro extremo, con menos facturas de este tipo por abonar, aparecen Navarra, La Rioja, Aragón y País Vasco.

Las posiciones respecto a 2016 se mantienen casi invariables, salvo Murcia y Castilla y León, que se encontraban en lugares intercambiados.

La Comunidad estaba en peor escenario, como la quinta que más cantidad adeudaba en conceptos relativos a la Sanidad, mientras que este año logró pasar a ser la sexta con mayor deuda sanitaria.

Los 115 millones que debe por gastos de Sacyl corresponden casi en su totalidad al año actual. En el momento del análisis, en mayo, arrastraba 205.000 euros con origen en el ejercicio previo. Una cantidad sustancialmente inferior a la que acumularon la mayor parte del resto de autonomías, salvo Murcia y País Vasco.

Frente a la lectura positiva por la reducción de las obligaciones pendientes, para el titular de Sanidad existe otra interpretación ligada al modelo de financiación autonómico impuesto por el Gobierno, al que la Junta se ha opuesto con contundencia en los últimos años.

«Queda claro que el modelo actual no permite cubrir los gastos sanitarios y nos obliga a operar así. A esperar a que se incorporen nuevos créditos e ingresos y con eso ir reduciendo deuda», critica Sáez, que prosigue con su argumento: «Si no es suficiente para todos los gastos de Sanidad, Educación y Servicios Sociales tiene que modificarse para tener un carácter de suficiencia».

Pese a todo, el consejero de Sanidad subraya que ser la sexta que más debe, la duodécima que menos, no significa que esté en mal lugar.

Precisa queCastilla y León «no se ha adherido al FLA –fondo de liquidez autonómica– por que se podía financiar con los mercados» y que las que sí lo han hecho «han recibido mucha financiación, aunque tenga que devolverla». Esto, sumado a País Vasco yNavarra disponen de modelos distintos, le lleva a concluir que «la situación es distinta» y que la Comunidad «está en buena situación con las cuentas relativamente bien saneadas».