Las casetas regionales estrenan recinto con lleno y Andalucía a medio gas

El aroma a pulpo, a pimentón y a sidra recién escanciada vuelve a impregnar la Feria y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid, pero esta vez lo hace desde una nueva casa. La 42 edición de la Feria de Folclore y Gastronomía se inauguró este domingo en un recinto que pone fin a cuatro décadas de itinerancia. Se trata de un espacio de 10.000 metros cuadrados concebido para perdurar, un "hito" que ha supuesto una inversión de 1,4 millones de euros y que busca consolidarse como "uno de los principales iconos de las fiestas". 

El alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, fue el encargado de cortar, hace unas semanas, la cinta de un recinto que lleva el nombre de José Luis Bellido, en reconocimiento al hombre que, junto al exalcalde Tomás Rodríguez Bolaños, impulsó la feria en 1982. "Él lo es todo desde el punto de vista de la gastronomía", afirmó Carnero durante la inauguración oficial de las casetas regionales. El regidor recordó el largo peregrinaje de esta cita por Poniente, el Campo Grande, La Rubia o los aledaños del estadio, hasta llegar a este emplazamiento. 

Esta carpa, ubicada entre el estadio José Zorrilla y el Centro Cultural Miguel Delibes, no solo ofrece un techo estable a las diecisiete casas regionales participantes. Su diseño, según Carnero, "mejora sustancialmente" la idea del anterior equipo de Gobierno para convertirlo en un espacio versátil y accesible. El objetivo es que, una vez apagados los fogones de las fiestas, pueda albergar otras actividades culturales o servir como aparcamiento. La instalación de generadores eléctricos y un cerramiento completo garantizan, en palabras del alcalde, que las casas puedan funcionar "a pleno rendimiento".

El respaldo al proyecto no es solo municipal. El consejero de la Presidencia, Luis Miguel González Gago, presente en el acto, calificó la nueva sede como "un símbolo del arraigo y el futuro de esta feria". Un apoyo que, recordó, se materializa en un aumento de la colaboración económica con la Federación de Casas Regionales, que alcanzará los 17.000 euros en 2025. Para el alcalde, los miembros de estas casas son "embajadores de su tierra aquí" y "de Valladolid en su tierra", una dualidad que, a su juicio, "habla de un territorio cohesionado". "Es una cita única en España". 

Apenas unas horas después de su puesta de largo, el recinto ya era un hervidero. La imagen de visitantes con platos a rebosar se repetía en cada rincón. El recorrido culinario arranca en Galicia, con su pulpo y sus pimientos de Padrón, y salta a Asturias, donde el ritual de escanciar sidra acompaña a los bollos preñaos y las patatas al cabrales. Desde allí, el viaje continúa hacia el sur. En la caseta de Andalucía, el salmorejo y el rebujito marcan el compás, a pesar del susto de la víspera. Por ello, trabajan a medio gas. Esperan recuperar la normalidad esta tarde o mañana. 

El mapa de sabores se extiende por toda la geografía española. La paella y el arroz negro humean en la caseta valenciana, mientras que la chistorra lo hace en la navarra y el cochinillo en la segoviana. La oferta es un desfile de productos que va desde la cecina leonesa hasta las papas 'arrugadas' canarias, pasando por la curiosa mini burger 'Rafa Nadal' que sirve la Casa de Baleares.

Todo ello con la banda sonora del folclore. Sobre el escenario principal, los grupos de música y danza de cada región se turnan para recordar que esta feria es un homenaje al paladar, pero también a la cultura. Un abrazo entre territorios, como lo definió el consejero, que por fin ha encontrado un hogar permanente en Valladolid durante las fiestas en honor a su patrona.