INMIGRACIÓN
«Todavía es necesaria mucha pedagogía sobre la migración»
El coordinador provincial de ACCEM, Diego Cebas, señaña que la ONG ha pasado de atender a 1.646 personas en 2020 a 2.787 en 2023
«En los últimos años el crecimiento de la población extranjera es considerable y Valladolid no es una excepción». Con esas palabras el coordinador de ACCEM en Valladolid, Diego Cebas, señala los cambios en la ciudad y en la provincia. «Esto es el reflejo de que el mundo está afectado por situaciones cada vez más complicadas y contextos más complejos, como conflictos, guerras, inestabilidad política y social, persecución. No podemos ser una isla aislada de la realidad que se vive en muchos otros países y muchas otras sociedades», añade.
Cebas representa a una entidad que experimenta en sus propios números el incremento de extranjeros en la ciudad. Ha prestado ayuda y acompañamiento en Valladolid a 1.646 personas en 2020; 1.587 en 2021; 2.460 en 2022, 2.787 en 2023 y, desde enero hasta el 30 de noviembre de 2024, a un total de 1.700 personas, si bien los datos de este año son muy provisionales.
En cuanto a si la densidad de extranjeros provoca conflictos en los barrios, Cebas apunta que la convivencia «no tiene que ser un motivo de alarma ni de preocupación, porque al final son seres humanos que tienen las mismas inquietudes, necesidades y situaciones que cualquiera de nosotros y que lo único que quieren es vivir una vida tranquila, que sus hijos estén mejor de lo que han estado ellos, como el resto de las personas».
«El hecho de ser migrante no es per se nada que tenga que preocupar a la sociedad. Cuando lo llevamos a términos de seres humanos, creo que todo se normaliza mucho más. A la gente le alarma un poco, a lo mejor, que sean de otras culturas, pero cuando llegan hay un proceso de adaptación. El trabajo por la interculturalidad es un trabajo de doble camino», explica.
El responsable de ACCEMen Valladolid –una ONG que trabaja para mejorar las condiciones de vida de las personas en situación de vulnerabilidad, que defiende «la igualdad de derechos, deberes y oportunidades para todas las personas, con independencia de su género, origen nacional o étnico, orientación e identidad sexual, religión, opinión o grupo social», y que se define como «apartidista y aconfesional»–, asegura que es necesario trabajar «para ser sociedades cada vez más inclusivas, más solidarias y más interculturales».
Y es que, asegura Cebas, «la cultura es riqueza, y en la medida en la que haya más modos de ver la vida seguramente seamos mejores, más abiertos, más tolerantes, y ellos también; al venir aquí y tener que adaptarse, lo hacen en una sociedad y en una cultura distinta a la suya y también supone un enriquecimiento para ellos».
Sensibilización
Se trata de «un trabajo que hay que hacer, de sensibilización, de establecer medidas para que la interculturalidad sea algo positivo y hasta recomendable para la sociedad actual», subraya.
El principal incremento de personas migrantes en los últimos años se produce en la población de origen latinoamericano. «Hay que tener claro que la principal puerta de entrada en España sigue siendo, con muchísima diferencia, el aeropuerto de Barajas», señala Cebas. «A veces vinculamos la migración con imágenes tan dramáticas y tan duras como las personas que tienen que venir en patera, pero ese es un porcentaje relativamente pequeño de toda la migración. La gente latinoamericana puede venir en un avión sin mayor complicación».
Entidades como ACCEM defienden «el respeto de los derechos humanos y los derechos fundamentales básicos de toda persona, con independencia de su origen, sean nacionales o sean extranjeros», señala. «Cuando se establecen medidas en la línea de no favorecer que estas personas tengan las condiciones para poder, primero, llegar a España –porque no existen muchos mecanismos legales para venir de una manera legal y segura–, y luego para que, una vez aquí, puedan tener esas condiciones de acogida mínimas y necesarias para poder tener una vida digna, pues obviamente nosotros no estamos de acuerdo con ese tipo de medidas», apunta.
«A nivel social, yo creo que también hay que hacer mucho trabajo de pedagogía, mucho trabajo de sensibilización y un poco ir en la línea de tener claro que estamos hablando de seres humanos, de personas que lo único que quieren es empezar una nueva vida en una sociedad justa, democrática e inclusiva como es España».
ACCEM lleva casi 20 años en Valladolid «trabajando en la misma línea, en la de intentar defender y garantizar los derechos humanos de la población que está en situación de vulnerabilidad, sea inmigrante fundamentalmente, pero también si es española. Los proyectos con los que trabajamos han evolucionado con las necesidades que se iban dando, pero la filosofía del trabajo es la misma, es la de garantizar los derechos y fomentar la interculturalidad y el respeto de las personas», concluye.