Diario de Valladolid

Ocio

Los restaurantes para comer el mejor lechazo en Valladolid

Capital y provincia cuentan con una amplia variedad de sitios para degustar este plato típico castellano

Imagen de archivo de un plato de lechazo

Imagen de archivo de un plato de lechazo

Publicado por
Diego González
Valladolid

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Un buen lechazo no se come en cualquier rincón de España porque, como cada receta, siempre hay un lugar donde se alcanza la excelencia y en este caso corresponde a Valladolid. Es por ello que una visita tanto a su capital como provincia conlleva una parada casi obligatoria en uno de los restaurantes que presentan este manjar en sus cartas. La variedad es amplia pero la tradición para elaborar este plato se mantiene en todos ellos al utilizar una cazuela de barro en el horno. Si con letras ya se hace la boca agua, imagínense con su olor y con su imagen en primera persona. Se lo ponemos fácil entonces, con una lista para que descubráis los mejores sitios para comer el mejor lechazo en Valladolid, algunos de ellos recogidos en el portal Tripadvisor.

La Parrilla de San Lorenzo

Si Valladolid es considerada la cuna del lechazo, gran parte de culpa tiene de ello La Parrilla de San Lorenzo. Ubicado en el número 1 de la calle Pedro Niño, en Valladolid capital, este local, que además es un museo en sí gracias al lujo de sus instalaciones impregnadas de arte, ofrece una receta auténtica con sello de garantía de calidad y origen (IGP) con una materia prima excelente y una elaboración cuidada al asarse a fuego lento en auténtico horno de leña. Toda una experiencia gastronómica digna de ser vivida y disfrutada con un precio de 25 euros el medio cuarto, ración para una persona, y de 50 el cuarto, para dos personas.

El Figón de Recoletos

Situado en uno de los enclaves más estéticos de la ciudad, como es el Paseo de Recoletos, El Figón de Recoletos también es uno de los clásicos, perteneciente al Asador de Aranda, con más de 38 años de experiencia. Su técnica se basa en una cocción lenta y en horno de leña de encina que enamora el paladar a través de la textura de sus alimentos, sabor y jugosidad. Desde los 46,50 hasta 57,50 euros, el lechazo forma parte del plato principal de sus menús elaborados con una técnica sencilla e inmejorable.

Mesón Casa Pedro

Fuera de la capital, el Mesón Casa Pedro es uno de los 'reyes' del lechazo desde que se fundó en 1988 en Herrera del Duero. Con el sello IGP, incluye envíos a domicilio para elaborarlo en casa con siete sencillos pasos: asarlo en horno de barro, dejarlo enfriar, envasarlo al vacío, sumergirlo en agua caliente para que escurra el caldo, abrir el envase, colocar el lechazo en una cazuela o bandeja, añadir medio vasito de agua y una vez el horno esté a 200 grados meter 20 minutos aproximadamente por el lado que no está la piel y otros tantos por el otro lado hasta que esponje. Sin embargo, la mejor forma de degustar el lechazo auténtico es acudir hasta el mesón y disfrutar de un cuarto por 49 euros.

Mesón Asador Carlos

"Los mejores pinchos de lechazo al sarmiento". Con esta frase se presenta este restaurante que cuenta con una gran variedad de platos a elegir, pero sin duda alguna, lo mejor de Mesón Asador Carlos es el lechazo que, además, rehúye de la elaboración tradicional. Su fama se remonta a Traspinedo y Carlos Puertas, maestro asador que lleva siendo un referente en la gastronomía de su tierra.

Los Doce Arcos

También en Traspinedo, y con una historia que se remonta al año 1989, la especialidad de este mesón es de sobra conocida: el Pincho de Lechazo Churro a la Brasa de Sarmiento. Un auténtico manjar que, además, se puede disfrutar en cualquier tipo de celebración en uno de sus dos comedores o en la terraza jardín de verano en la que pasar una velada agradable.

Restaurante Mesón Don Pelayo

Ya lo dicen ellos que su especialidad es la cocina castellana y, especialmente, el asado. Por tanto, hay pocos lugares mejores en la provincia de Valladolid para disfrutar de un lechazo. El Restaurante Mesón Don Pelayo dispone de varios salones abovedados del siglo XVIII y una bodega especializada que conforman una experiencia única en el polígono de San Cristóbal. También es posible disfrutar de chuletillas de lechazo, riñones, mollejas y pincho de lechazo.

Mesón El Corralillo

La localidad vallisoletana de Peñafiel es famosa por su tradición en la preparación del lechazo asado y aquí destaca El Corralillo, que ofrece un lechazo asado en horno de leña que se puede degustar en un edificio histórico que antiguamente se dedicaba a la guarda y venta de vinos. El mesón se nutre de tradición, de una minuciosa elección de los corderos lechas y una preparación que utiliza sarmiento de vid para aportar un olor y sabor muy especiales. Su compromiso es "preservar estas técnicas centenarias" como muestra de su amor por su oficio y la cultura local.

Bodegón El Ciervo

Viajamos hasta Cabezón de Pisuerga para encontrar otro mítico de la hostelería de Valladolid, en cuyo caso ofrece una "cocina de antaño, platos con tradición, sabores actuales y propuestas sorprendente". Así, El Bodegón El Ciervo, entre su amplia variedad de carnes, ofrece un cuarto de lechazo asado como 'especialidad de la Casa', además de mollejas al Oporto y una terrina de lechazo a baja temperatura deshuesado con salsa de huesos tostados.

Bodegón El Villar

Por sitios inhóspitos, el Bodegón El Villar es uno de los que más destaca al estar ubicado en una auténtica bodega soterrada de Laguna Duero. Este restaurante lleva más de 20 años elaborando una cocina de calidad basada en los sabores tradicionales con los mejores productos de la tierra. La gastronomía castellano y leonesa se pone de relieve con su lechazo IGP, que lo ofrecen en forma de pincho, a 20,80 euros, a la brasa con un cuarto que llega hasta los 48 euros, y chuletillas, que se pueden pedir por 20 euros.

Mannix

En plena Comarca de La Churrería, entre Peñafiel y Cuéllar, encontramos otro de los grandes templos del lechazo, quizá el más señalado y elogiado por los “expertos” en asadores. En este pueblo famoso por su roca caliza, presente en multitud de edificios de la zona, llevan cinco generaciones asando lechazo de oveja, claro está, churra. Tienen tres hornos y lo asan a la manera tradicional, en leña de encina, con su “tela” primero boca arriba y luego boca abajo, consiguiendo cuartos bien churruscados por fuera y asombrosamente tiernos y sabrosos por dentro.

Costa del Piñón

A la vuelta de las vacaciones, la Costa del Piñón, en la avenida Gijón, es una de las mejores elecciones para disfrutar de un pincho de lechazo de excelsa calidad y nutridos de la oveja churra, una de las razas más primitivas de la Península Ibérica. Y solo por 21 euros.

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