Las tres plataformas por la A-11 se citan para realizar más protestas

Decididos a no esperar más, cerca de 2.000 personas de Soria, Peñafiel y Aranda de Duero exigieron ayer en la capital ribereña la finalización de la Autovía del Duero, la ansiada A-11, en la jornada de protesta que habían convocado las plataformas Soria ¡YA!, A-11 Pasos de Peñafiel y la de las Infraestructuras por Aranda de Duero.

Para el portavoz de la plataforma vallisoletana A-11 Pasos, Alfredo Molinero, la ciudadanía ha hablado. «Tres provincias han mostrado unidas que no es un capricho o una voluntad para beneficiar una zona determinada. Es un eje estratégico que interesa tanto a Castilla y León como a toda España», señala sin perder de vista el calendario. «Seguiremos convocando concentraciones a pie de carretera y realizaremos conjuntamente otras acciones con el resto de provincias afectadas por esta infraestructura».

La primera marcha lenta partió primero de Soria, a las 10.00 horas, y luego desde Peñafiel, a las 11.30 formó una gran caravana que superó todas las expectativas con más de 300 vehículos que llegaron pasada la una de la tarde a Aranda, epicentro de la reivindicación, con un ligero retraso de los sorianos por la falta de aparcamiento.

La marcha transcurrió sin incidentes, aunque causó retenciones significativas tanto en Soria como en Valladolid, desde donde partieron 150 coches en cada caso, que se reunieron en el aparcamiento junto al hospital de Aranda.

El ambiente de reivindicación era palpable en el recorrido y quienes no podían incorporarse con sus vehículos, aplaudían y vitoreaban a ambos lados de la carretera. En el trayecto todos pudieron comprobar los escasos avances de una infraestructura que se inició en los años 80. «De los 210 kilómetros que hay entre Soria y Valladolid solo hay 70 terminados. Estamos hartos de promesas que se hacen de forma reiterada en cada campaña electoral y que luego solo resultan ser mentiras y más mentiras. Los ciudadanos de Castilla y León seremos buenos pero no tontos. Basta ya de tanta palabrería», censuraban desde Soria Ya!

EXCAVADORAS

La llegada a la plaza mayor de Aranda de Duero se produjo con algo de retraso y aunque el calor apretaba con fuerza nadie quería moverse. Era hora de gritar y de exigir. «¿Cuántos muertos más? Autovía ¡ya!». «Menos corbatas y más excavadoras». «Queremos un gobierno que acabe las obras» o «estamos hasta los huevos», fueron algunos de los coloridos eslóganes. También hubo críticas contra el PP y el PSOE, los dos partidos que han gestionado el Gobierno de la nación durante las últimas tres décadas. «¡Mentirosos!, ¡Fuera!», llegaron a decir, en presencia de cargos públicos de ambas formaciones políticas.

La rabia se transformó en aplausos y en emoción cuando llegaron Juan Antonio y Caty, el matrimonio de octogenarios que ante la falta de coche no dudaron en recorrer a pie el camino entre Soria y Aranda. Caminaron 115 kilómetros en cuatro días con lo que demostraron ser todo un ejemplo, aplaudido por el resto de manifestantes. «A ver si estos políticos se limpian los oídos y se quitan el cristal oscuro de sus gafas y nos explican por qué no cumplen las promesas que nos hacen cuando nos piden el voto», afirmó Juan Antonio ante el aplauso de todos los asistentes.

PANCARTAS

A sabiendas de que en Aranda de Duero faltan manos para tanta pancarta, en referencia a otras necesidades también urgentes como el hospital, la circunvalación o el tren Directo en su conexión con Madrid, Jonathan Gete, concejal de Izquierda Unida, y Mari Ángeles Pizarro, de Podemos, coinciden en la importancia de salir a la calle a reivindicar. «Llevamos ya demasiados años en los que el PP y el PSOE han incumplido de forma reiterada. Tenemos que seguir saliendo a la calle hasta que nos hagan caso», apremia Gete. Y es que, de la autovía no solo depende la seguridad de los muchos conductores que la recorren a diario junto a camiones, cambios de rasante y nieblas, también depende el futuro industrial y en definitiva, el futuro de los pueblos que atraviesa. «Si queremos dar una oportunidad a la España despoblada tenemos que apostar por este tipo de infraestructuras. Si no están conectadas, ¿quién va a querer vivir en estas comarcas?», pregunta el concejal de Podemos, Andrés Garrasparri.

Desde el Ayuntamiento de Peñafiel, el socialista, Elías Arranz, no lo duda y sostiene que el nuevo equipo de gobierno cuatripartito de la localidad vallisoletana mantendrá una actitud firme en esta lucha ciudadana. «Se van a hacer algunos tramos pero queda mucho y no pararemos hasta que se termine», advierte a sabiendas de que si la autovía llega lo hará también la esperanza para muchos municipios.

MANIFIESTO

Muy claro lo dejaron también las tres mujeres que leyeron el manifiesto: Laura Gil (Soria ¡YA!), Raquel Lorenzo (A 11 Pasos) y Sonia González (Aranda de Duero por las Infraestructuras). Según explicaron, en el recorrido de la N-122 viven 500.000 ciudadanos que representan el 21% de los habitantes de Castilla y León. «Aun así, y aun siendo declarada de interés estratégico por la Junta de Castilla y León en 1993, aun siendo un eje vertebrador entre el este y el oeste de la Península Ibérica, aun con todas las promesas, seguimos sin percibir avances sustanciales en su ejecución con planificaciones fallidas, cambios de trazados, ejecuciones a medias, reducciones presupuestarias», denunciaron conscientes de que mientras los políticos cumplen, los vecinos padecen.

En Peñafiel, relatan, el intenso tráfico les hace convivir con un altísimo riesgo de ser atropellados ya que, la carretera parte la población en dos. «Los sustos y los accidentes son algo cotidiano», aseguran varios de los presentes. Llegar a Soria «es una auténtica aventura propia de un videojuego y plagada de todos los riesgos imaginables que pueden existir en una carretera». La misma situación se repite para la población de Aranda de Duero, por los cambios de rasante, la presencia de corzos y jabalíes y la circulación lenta detrás de filas interminables de vehículos especiales y de camiones.

Su denuncia está avalada por los índices de peligrosidad «400 veces superiores a la media española y ponen en juego la vida, un día sí y otro también, de todo aquel que se atreve a circular por esa ratonera llamada Autovía del Duero», denuncia el manifiesto con la esperanza de que «los gobernantes se avergüencen de esta situación y tomen medidas efectivas».