La iglesia de la Magdalena vuelve a lucir su fachada

«Estoy sumamente satisfecho, tanto por la rápida solución a los pequeños desprendimientos de la fachada que se venían produciendo desde las lluvias de comienzos de año, como por el resultado y evolución de la obra». De esta forma expresó su satisfacción Francisco Javier Martínez, párroco de la iglesia de Santa María Magdalena, por la restauración que el templo gótico-renacentista, levantado en el siglo XVI, ha vivido los últimos dos meses y que ahora está a punto de culminar.

La intervención, que ha supuesto un desembolso de 69.500 euros financiados por la Junta de Castilla y León, se ha centrado en la fachada de acceso al templo y en sus numerosos elementos de fábrica, así como en el gran escudo de piedra del abulense Pedro de la Gasca, virrey del Perú y principal promotor de la construcción del edificio. Las obras recibieron ayer la visita de Pablo Trillo. delegado territorial del gobierno autonómico, quien destacó que «se trata de una restauración importante en línea con el valor del patrimonio histórico de nuestra Comunidad, que suma el 25% de los monumentos de España».

La empresa encargada de la rehabilitación, Cabero Edificaciones, ha buscado realizar la mínima intervención necesaria en consonancia con las últimas tendencias en este ámbito, respetando los valores históricos del conjunto arquitectónico y reparando los fallos originados en anteriores restauraciones no consolidadas que, como afirma Martínez, «con el paso del tiempo han producido más daños que beneficios». Además de lo proyectado inicialmente en la reforma que abarcaba sólo la fachada, las obras se han extendido también a una de las ventanas del templo, cuyo estado de deterioro hizo que los operarios aprovechasen la instalación de los andamios para dar solución a ese problema.

A pesar de que con la próxima finalización de las obras actuales –comenzadas a finales del pasado mes de octubre– la fachada recuperará su brillo, el resto del edificio aún necesita someterse a reformas para paliar los problemas derivados del paso del tiempo.

«Ahora, al tener la fachada restaurada, el contraste con las partes más deterioradas será más evidente», señala el sacerdote, quien asegura que el templo ha vivido en los últimos años numerosas obras costeadas por la propia parroquia y apuesta por una colaboración con las distintas administraciones para aumentar la eficacia de las intervenciones y reducir su coste global. «Esta idea es francamente complicada, pero sería lo más efectivo», reconoce Martínez, quien alaba la actuación de la Junta al considerar que el gobierno autonómico ha entendido las posibilidades del templo y su potencial cultural, aspectos que se incrementan al estar éste situado en una zona de gran afluencia de personas –a pocos metros de la Facultad de Medicina–.

«Me sorprende cómo este núcleo de la ciudad no se explota más desde el punto de vista cultural o histórico, ya que tiene una importancia fundamental en relación a América», explica el párroco. «Hay relatos históricos que tienen su sede aquí», recalca. «Si se habla de que Valladolid tiene vinos de Ribera de Duero, que se hable también de que tenemos una gran historia detrás».