Diario de Valladolid

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Y A mí que me da que les da igual. Que lo que suceda con los trabajadores de la azucarera de La Bañeza se la trae al pairo a estos políticos. Y aquí van todos en el mismo paquete, los azules, los rojos, los verdes y los morados. Y si hubiera naranjitos, que ya no queda ni uno, también. Al fin y al cabo, qué les importa a los políticos, de uno y otro color, lo que pase en una ciudad que a duras penas supera los 10.000 habitantes y en una comarca que sólo se ganó titulares en prensa por ser una de las de mayor tasa de mortalidad durante la pandemia. Nada, no les importa nada. Y el caso de la azucarera es el mejor ejemplo.

Sí, ahora van a manifestaciones y se les llena la boca con declaraciones que no pasan de ser pura demagogia. Esa de la que tanto gustan utilizar los políticos y que pasa por hablar mucho rato sin decir nada. Y ahí están el PP y la Junta con la cantinela de que cambien el ERE a ERTE, que no cierren la fábrica leonesa de La Bañeza, que le busquen una alternativa... Que si la abuela fuma.

Y en el otro lado, los socialistas con el discurso de que si la Junta no ha hecho nada, que si tiene que exigir a Azucarera que cumpla, que si no ha sabido detectar el problema,... Que si la abuela sigue fumando. Una cosa, señores y señoras del PSOE cuántas veces han llamado y se han plantado ustedes ante el Gobierno para que actúe, para que más allá de palabras, tome cartas en el asunto para tratar de frenar el desastre que supone el ERE de Azucarera para Castilla y León, con especial incidencia para La Bañeza y su comarca. Y los señores y señoras del PP y de la Junta, qué han hecho o están haciendo en todo este tiempo para tratar de frenar o al menos minimizar los daños de este desaguisado.

Porque no se engañen y no se hagan trampas al solitario los unos y los otros. Lo que acaba de certificarse con el preacuerdo del ERE entre Azucarera y ese comité intercentros, donde más de uno está teledirigido por los ingleses para mayor ganancia de la British, es la muerte por inanición, porque ya no les queda casi nada, de La Bañeza y de su comarca. Pero también es la muerte por inacción de la política y de los políticos, que nada han hecho, salvo hablar por hablar para no decir nada y ponerse detrás de una pancarta por aquello de salir en la foto.

Y, ahora, ya verán como seguirán hablando para continuar sin decir nada. Y lo harán apelando a tener esperanza, a aventurar que se está trabajando para buscar alternativas, casi un milagro, a un cierre que, pese a ser un secreto a voces del que el fallecido Matías Llorente ya alertaba sin que nadie le escuchara, no vieron venir, ni siquiera cuando alguno de estos políticos no hace tanto se hacían sonrientes fotos con los hoy demonios de Azucarera. Si lo que van a hacer es apelar a un milagro, ahórrenselo y cállense porque los milagros no existen. Y la gallina de los huevos de oro, tampoco.

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