Investigación a las cajas
COMPARTO con Pablo Fernández que ni el PP ni el PSOE aceptarán una comisión de investigación sobre el gran fiasco de las cajas de ahorro, por más que se empeñe el socialista Tino Rodríguez. El desmantelamiento y la venta del bunker de España-Duero en Portillo (León), junto a siete edificios ahora de Unicaja, muestra la peor cara de unas entidades que desatendieron y empobrecieron a los más necesitados al tiempo que acumulaban patrimonios faraónicos.
Comparto con el líder de Podemos que no saldrá adelante su petición, porque ya PP y PSOE la rechazaron cuando IU lo propuso. Y no creo que C’s rompa ahora su pacto con el PP para destapar las vergüenzas que terminaron con el sistema financiero autonómico, la conversión en bancos de las cajas, la entrega con fondos públicos de una entidad quebrada a Unicaja, la pérdida de miles de empleos y el enriquecimiento de demasiados directivos.
Comparto con el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que la mayoría de los políticos vivieron encantados con una burbuja inmobiliaria que reventó los manipulados balances de las cajas. Y no sólo los políticos, también los sindicatos y empresarios convertidos en administradores, los constructores, las organizaciones agrarias y los medios de comunicación, que vivimos inmersos en la falsa fantasía del tamaño y la fusión.
¿Cómo se explica que se mantuviera una lista unitaria en Caja España encabezada por un promotor inmobiliario que ni siquiera pagaba sus créditos y que ocupara un cargo ilegalmente como luego ha dicho el Banco de España? ¿Dónde estaba entonces este Fernández Ordóñez? ¿Por qué la Junta no detectó la quiebra del sistema, pese a contar con representantes en las comisiones de control?
No habría horas ni dietas para investigar tanto desmán. Bienvenido el socialista leonés Tino Rodríguez al mundo de la ingenuidad. Espero que si prospera la iniciativa de Podemos esta vez no se les olvide llamar a Herrera ni al resto de protagonistas del Pacto de Las Lomas, aquel octubre de 2008. Pidan las actas de los consejos, revelen la identidad de los promotores que dejaron de pagar, hagan el ranking de macrosueldos de directivos, difundan las dietas de todos, desvelen las jubilaciones de oro y las vacaciones pagadas, concreten los empleos perdidos y las oficinas cerradas… Y comparen todo eso con el empobrecimiento y el engaño de los estafados por las preferentes.