El rosado del Atleti

Su color fresa y su aroma afrutado son reconocibles a simple vista. Han convertido estas singularidades de su famoso rosado en toda una marca. Bodegas Sinforiano es la empresa vallisoletana responsable de elaborar y etiquetar las botellas oficiales del Atlético de Madrid. Su líquido rojo intenso se distribuye desde el corazón de esta bodega mucenteña a las tiendas oficiales del club colchonero, además del estadio Wanda Metropolitano, templo del histórico club y casa de grandes ídolos de fútbol mundial como Griezmann, Morata o Godin. Con su famoso lema, ‘Coraje y Corazón’, el elixir de la uva procedente de la bodega cigaleña, viaja a hogares de todo el mundo para satisfacer los gustos del aficionado futbolero que sueña con los colores rojiblancos.

Todo se fraguó hace un año aunque las negociaciones comenzaron tiempo atrás, según explican los responsables de la vinatera. «Vinieron ellos para tomar contacto, se alargó tres o cuatro años y el año pasado fue el primero que embotellamos», comenta Sergio Vaquero, representante de segunda generación de la empresa familiar que se muestra satisfecho de la buena aceptación que está teniendo. Él y sus tres hermanos –Juan Antonio, Miguel y Pilar– se ocupan de llevar las riendas de esta bodega familiar con más de medio siglo de historia a sus espaldas.

Fue la firma Gourmet Sport, la encargada de fraguar el acuerdo para la distribución del vino rosado. Se trata de una empresa que gestiona licencias para la distribución y comercialización de productos oficiales de varios clubes de fútbol españoles. En su página web también se puede adquirir el vino (www.gourmetsport.com). Junto al rosado, ofrecen otros productos agroalimentarios como chocolate, embutidos, queso, gominolas o incluso aceite de oliva. Una treintena de referencias con procedencia, en su mayoría de Castilla y León, y que están conquistando los paladares del consumidor futbolero.

Para su colaboración con el Atlético de Madrid han elegido entre otros souvenirs varios vinos: un tinto, un verdejo y un rosado. En este último caso, en el del clarete, se decantaron por el popular Sinfo, el clásico rosado de la etiqueta naranja, buque insignia de la bodega.

Elaborado en un 80 % con tempranillo y el 20% restante con variedades blancas, en su mayoría verdejo y albillo, procedente de distintas parcelas de Mucientes y Fuensaldaña de suelos calizos y pedregosos, Sinfo se ha convertido en un clásico en la hostelería, sobre todo en Valladolid, donde es difícil encontrar un local donde no se oferte. Se trata de un tipo de vino fresco, afrutado, cuyo mosto macera con la piel en depósitos de acero en torno a 10 o 12 horas, tiempo en el que extrae aromas y el color tan característico. La temperatura es fundamental en todo momento; por ello la vendimia, que se realiza de forma manual, tiene lugar a primerísimas horas de la mañana o de la noche. Se le deja un toque de carbónico de la propia fermentación, que da como resultado un vino con cierto volumen en boca y muy fácil de beber, ideal en cualquier momento y que acompaña con todo tipo de comidas.

CON ALMA COLCHONERA

«El vino es un buen acompañante para pasar un rato junto a los amigos en la hora del fútbol, al igual que la cerveza», señala Chema Jiménez, socio de la empresa distribuidora de estos productos de merchandising del club rojiblanco. Su rostro resulta para muchos conocidos pues fue otra figura del fútbol que ha escrito páginas en la historia del Real Valladolid, el Osasuna, y cómo no, el Atlético de Madrid. Alejado de los campos de fútbol donde militó durante dos décadas como centrocampista, vive en Guijuelo (Salamanca) donde trabaja gestionando contratos para la comercialización y venta de productos oficiales del sector alimentario futboleros desde el año 2017.

Por el momento han lanzado 10.000 botellas de rosado el slogan del Atlético pero según vaya la demanda se va etiquetando más, tal y como explican en la empresa. «Sinfo vende porque tiene gancho allá donde va», comenta Chema quien se muestra satisfecho de la buena aceptación que está teniendo entre el público y de las buenas ventas cosechadas durante las pasadas navidades.

Personalidad querida por la afición del Pucela, donde jugó durante diez años, Chema ha cambiado la equipación de fútbol por el traje de chaqueta. Ahora viaja a la ciudad del Pisuerga todas las semanas en este caso para visitar a proveedores como Sinforiano con quien lleva un año. «Yo soy del Atlético de Madrid; teníamos que elegir un rosado y nos fijamos en Sinfo porque nos gustaba la marca y nos conocíamos», comenta con su campechanía y amabilidad habitual en las bodegas Sinforiano.

Con su discreción y sencillez habitual, la familia Vaquero nos recibe en las instalaciones que tienen ubicadas en la carreta que va desde Fuensaldaña a la localidad de Mucientes. El pueblo, situado en el alfoz de Valladolid, es famoso por estar considerado el paraíso del clarete, algo que se percibe en las bodegas subterráneas que desde hace varias generaciones se asientan en el entorno con una gran variedad de suelos, predominando los calizos, arcillosos y pedregosos.

Allí comenzó a escribirse otra leyenda, en este caso alejada en los campos de fútbol, en el año 1966 de la mano del matrimonio fundador formado por Sinforiano padre y Daniela Gómez en una de tantas bodegas subterráneas como era costumbre en la zona. De tener un pequeño lagar familiar donde maduraba la uva en depósitos de hormigón, han pasado a contar en la actualidad con más de 75 hectáreas de viñedo propio. Las cepas se asientan en un 70% en espaldera. Sus viñedos se ubican en el valle del Pisuerga y las laderas de los Montes Torozos, situados a unos 740 metros de altitud, sobre suelos profundos de tipo arcilloso-calizo. El clima de la zona es claramente continental con cierta influencia atlántica; son muy características las fuertes oscilaciones térmicas, tanto durante el día como a lo largo del año.

Las cepas más antiguas acumulan más de cien años de antigüedad.

Elaboran un millón de kilos de uva aproximadamente al año procedente de sus viñas familiares, además del fruto que adquieren a agricultores de la zona. Del volumen total de producción, aproximadamente un 20% se dedica a la exportación gracias a la labor de su responsable de comercio exterior, Ruth Sierra. «Nuestro gran mercado es nacional, sobre todo en lo que concierne a rosados», explica Sergio al tiempo que habla del momento dorado que vive este tipo de vino. «En el norte de Europa y en general en todo el mundo hay una expansión de los rosados, sobre todo de los tipos Provenza», señala.

BODEGA CON IDENTIDAD

En 2004 Sinfo dio uno de los grandes saltos de la bodega al invertir en tecnología y aumentar en dimensiones. Desde entonces, no ha dejado de crecer y modernizarse. Hoy está posicionada como un referente de un mercado, el del rosado, al alza. Más que una moda, la cultura en torno al rosado ha venido para quedarse. «En Valladolid estamos muy asentados», dice orgulloso.

En 2001 comenzaron su andadura con los tintos. Entre ellos sobresale el 50 vendimias, marca creada para homenajear al fundador, Sinforiano, por su vendimia número 50. A esta gran familia se ha ido incorporando de la mano de su enóloga, Ana Becoechea nuevos mostos y hasta un vermú, la Giganta.

Las variedades de la explotación son: Tempranillo, Verdejo, Albillo y Garnacha Tinta. Predomina el Tempranillo en un 75%. En los últimos 20 años se han plantado y experimentado con variedades foráneas como Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot y Sauvignon Blanc.

En este medio siglo de historia de la bodega se ha convertido en todo un referente en lo que a rosados concierne.