Sin vida fuera de Zorrilla
El conjunto blanquivioleta es el segundo peor visitante de la Liga, con 3 puntos de 3o posibles, sumados en Mendizorroza / Nadie iguala sus nueve derrotas a domicilio
Marcos André, alicaído antes de sacar de centro tras marcar Las Palmas.
Astrónomos y astrofísicos debaten sobre si hay vida fuera de la Tierra. A medida que los estudios avanzan en cantidad y calidad, gracias a la gran evolución de observatorios y sondas espaciales, cada vez existen más indicios de que será posible descubrirla.
Sin embargo hasta el pipero de la esquina sabe que fuera del planeta Zorrilla no hay vida para el Pucela. El Real Valladolid deja de existir cuando juega más allá.
Los blanquivioleta son el segundo peor equipo como visitante de toda la Primera División, después de su último rival, el Espanyol, que sólo suma un punto en nueve desplazamientos (3,7% del total). Los castellanos se han hecho con tres puntos de treinta posibles (10%), ya que suman un partido más a domicilio que los españolistas.
Si esos tres puntos fuesen producto de sendos empates, el Pucela habría sumado en tres de sus diez visitas, lo que habría supuesto un grado más elevado de competitividad general. Pero su puntaje proviene en exclusiva del partido en Mendizorroza frente al Alavés.
Aquel 2-3 ha sido su único vivero lejos de casa, y en un partido de circunstancias especiales poco repetibles: anulación de un tanto dudoso a los locales, un posible penalti en contra no pitado y otro a favor difícil de concretar. Tan correcto como inusual para equipos del pelaje del pucelano.
Esto significa que las otras nueve visitas de los blanquivioleta han acabado en derrota. Nadie ha perdido más a domicilio en toda la Primera. El Espanyol suma 8 derrotas y el Celta 7, pero ambos con un partido menos (9). El Alavés iguala las de los gallegos, aunque con dos encuentros más (11) que ellos.
El vía crucis del Real Valladolid comenzó ante el Real Madrid (3-0) y vivió como postas Barcelona (7-0), Celta (3-1) y Sevilla (2-1), hasta llegar al aliviadero del Alavés (2-3), Verónica que le dio el paño para que se enjugara el sudor y la sangre. Después continuó el calvario ante Osasuna (1-0), Getafe (2-0), Las Palmas (2-1), Girona (3-0) y Espanyol (2-1).
Si el Real Valladolid pretende evitar su crucifixión, debe parar ya este rosario de golpes. No sólo su puntuación fuera es nimia; sus registros goleadores son pésimos, con siete a favor y 27 en contra. A nadie le han marcado tantos en sus desplazamientos ni luce una tarjeta de -20 en el apartado de diferencia de goles. Y se si restan los tres de Vitoria de los siete marcados, resulta que el Pucela sólo ha logrado cuatro en nueve choques como visitante.
Lo peor es que el problema pucelano no sólo se focaliza fuera, sino también en Zorrilla. Con 12 puntos de 30 posibles, es el peor local tras el Valencia (9, a expensas de lo ocurrido ayer), el que menos goles ha marcado en casa (7) y el de peor diferencia de goles (-5) tras el Leganés (-6). Al menos figura en la zona media en el apartado de goles recibidos en casa (12). El Pucela no necesita mejorar sus cifras, más bien debe darles la vuelta.