El décimo ascenso a Primera llegó con sufrimiento y desde el punto de penalti

El Real Valladolid estuvo solo tres minutos en Primera, pero fueron los últimos y decisivos minutos. para lograr el décimo ascenso del club a la máxima categoría del fútbol nacional. Le acompañaba el otro signo en la ecuación, la derrota del Éibar en El Molinón, que se produjo en la segunda mitad.

A la hora de partido el derechazo de Raúl Moro superaba a Iker Álvarez por bajo, desatando el delirio de la grada de Zorrilla, que empezó con los cánticos de ‘que sí j… que vamos a ascender’, justo en el momento en el que más dudas había sobre el césped, ante el planteamiento errático del equipo. La entrada de Iván Sánchez en la otra banda y con Raúl Moro, en la izquierda, dio mucha más verticalidad al equipo que consiguió hallar el camino en el momento adecuado. A decenas de kilómetros de distancia en Gijón, Luca Zidane salvaba en ese mismo instante una chilena de Djurdjevic que hubiese dado el ascenso a los pucelanos. Pero todo cambió a 15 minutos del final con el tanto del Villarreal B que enmudecía Zorrilla.

El Leganés, el otro que tenía el billete a Primera en su mano, estuvo 35 minutos en Primera. Primero desde el gol del vallisoletano Miguel, en el minuto 16, hasta que Álvaro Giménez, al filo del descanso, igualaba el duelo en Ferrol desde el punto de penalti, y después con el gol de Juan Cruz minuto 80, que daba el ascenso, pero finalmente se quedaba con la miel en los labios con el 2-2 del Ferrol.

El Éibar, el tercero en discordia, caía en El Molinón, pero el Pucela no consiguió marcar y encima encajó el segundo. Los gritos de Pezzolano dimisión caldearon el final de partido donde Meseguer en el añadido puso el 2-2 y devolvió la ilusión a la parroquia local. El disparo al palo de Iván disparó las taquicardias después. Pero todo cambió con el penalti en el 92, VAR mediante y Sylla atinó a superar al meta castellonense y el Real Valladolid festejó un ascenso sufrido y merecido a Primera iniciando la fiesta. En Tenerife tendrá la oportunidad de lograr otro título de Segunda y acabar la Liga como Primero. 17 años después podrá tener otra celebración en el Heliodoro Rodríguez López, pero ya con el ascenso en la mano.