El Aula resucita y muere

El Caja Rural Aula perdió tras empeñarse en estropear su partido contra el Málaga dos veces: una con el 0-8, después de 4-4 inicial, para ponerse 4-12; otra, habiendo hecho lo más difícil, empatar a 20, dejando que de nuevo aflorasen los fantasmas del inicio, cuando la tarea titánica estaba hecha: igualar un partido que parecía perdido.

Esos fantasmas, una vez retirada la sábana, se identifican como un número excesivo de pérdidas de balón, una defensa desigual con minutos de escasa contundencia y un ataque deslavazado cuando O’Mullony y Amaia no aparecían para sacar las castañas del fuego.

Una pena que un partido vistoso y competido no registrase una mejor lectura de juego por parte de las locales. Cuando entraban en combustión demostraban no ser peores que el Málaga, pese a la evidente diferencia de presupuestos.

El encuentro comenzó con ese intercambio de goles hasta el 4-4, pero siempre con las andaluzas por delante. Los ataques se imponían a las defensas... hasta que al Caja Rural se le hizo de noche en la faceta ofensiva. Ni encontraba hueco para el juego con pivote y extremos, ni ejercía el disparo exterior ante un Málaga que comenzó a centrarse en defensa, con una férrea línea de seis.

Los nervios de las locales se acrecentaron con sus reiteradas e incomprensibles pérdidas de balón. No es que las malagueñas forzasen el error, sino que las vallisoletanas fallaban pases y controles de balón. Demasiada munición para un rival duro.

Los errores delante se complementaron con los de atrás para crear la tormenta perfecta. La defensa blanda y nada anticipativa del Aula permitió el juego con el pivote al primer cruce de jugadores o el chut lejano. En cuanto las andaluzas movían un poco el balón, era gol seguro. Así se llegó al 4-12. Parecía inapelable.

Los locales estuvieron nada menos que un cuarto de hora sin marcar. Lo hicieron de nuevo mediante dos penaltis marcados por Amaia. Esto despertó al Aula, que movió la bola mucho más rápido en ataque afinó y endureció la defensa. Con un parcial de 5-2, llegó al descanso con un menos doloroso 9-14.

La segunda mitad comenzó con el Caja Rural reduciendo diferencias poco a poco gracias a que O’Mullony y Amaia sacaron el brazo en jugadas más rápidas. Esto provocó exclusiones de las malagueñas, que permitieron superioridades. Con una defensa 5:1 se fue recortando el marcador hasta el empate a 20. Glorioso, cuando parecía todo perdido.

Entonces volvieron los fantasmas. Dos superioridades desperdiciadas por pérdidas en el pase, los nervios, la merecida roja Marcela y el acierto en las penetraciones de las malagueñas pusieron un 23-28 ya mortal. Siempre que se pierde hay falta de acierto. Pero esta vez, aún más.

FICHA TÉCNICA

Caja Rural Aula: Alicia (portera, 4 paradas), Inoa (2), O’Mullony (5), Lorena (-), Marcela (1), Angela (4), Amaia (8) -siete inicial- Jimena Laguna (2), Maryanna (1), Carmen (portera), Jimena Arriaga (-), Martina (-), Clara (1), Savina (-), Noelia (-) y Claudia (-).

Málaga: Merche (portera, 6 paradas), Clausson (3), Doiro (1), Eli Cesáreo (5), Soledad (1), Isabelle (6), Joana (5) -siete inicial- Cairon (1), Solano (portera,1 parada), Berasategi (-), Campigli (4), Lima (2), Laura (-) y Vela (1).

Árbitros: Hoz y Riloba.

Exclusiones: J. Arriaga, O’Mullony, Arounian (roja); Eli Cesáreo (2), Joana, Berasategi e Isabelle.

Parciales cada 5 minutos: 3-3, 4-7, 4-9,4-12, 6-13, 9-14 (descanso); 11-16, 15-18, 17-20, 20-22, 23-26 y 24-29.