El americano Sepp Kuss salva el rojo en Valladolid

... Y Sepp Kuss salvó el rojo. El escalador norteamericano del poderoso Jumbo-Visma , no solo aguantó el tipo y el liderato en un terreno que no es ni mucho menos el suyo, sino que confirmó sus aspiraciones para, cuanto menos, ser uno de los corredores que pujen por el maillot rojo que ahora ostenta.

La contrarreloj de Valladolid, dominada de principio a fin por  Filipo Ganna (Ineos Grenadiers) ejerció como particular ‘vendetta’ del corredor italiano del último Mundial celebrado en Glasgow donde no pudo reeditar el título conseguido en 2020 y 2021 ante el poderío de Remco Evenepoel. El campeón italiano, con el maillot 'azurro', ‘voló’ sobre las calles de Valladolid con una media superior a los 57 kilómetros por hora. Una auténtica barbaridad cuando firmó esos 27 minutos y 39 segundos para completar los 25,8 kilómetros de recorrido urbano que echaban por tierra los pronósticos antes de iniciarse la crono. Y es que Ganna pulverizó el tiempo que durante muchos minutos mandó en la etapa marcado por el campeón suizo Stefan Bisseger con 28.58, a la postre a 1.19 del ganador final.

Una contrarreloj casi perfecta que dejaba como casi un imposible el título de etapa para los grandes favoritos, para los Evenepoel, Roglic, Almeida, Vingegaard e incluso para los españoles Marc Soler, Juan Ayuso y Enric Mas , bajo los focos de atención del gran público. La expectación en Valladolid, que por un día aparcó y dilató la hora de comer por ver de cerca a los astros del pelotón, fue enorme.

La salida del último ganador del Tour de Francia Jonas Vingegaard , despertó una de las mayores ovaciones  y aplausos de la jornada por las calles de Valladolid. Y es que no todos los días se puede ver a un campeón del Tour a pie de calle, de cerca, aunque pase superando el límite de velocidad. No era para menos.

Su exhibición en la ‘gran Boucle’ francesa , sobre todo en la última contrarreloj que a la postre le acabó decantando el maillot amarillo a su favor, estaba en la memoria de los grandes entendidos y aficionados al ciclismo. ¿Sería capaz el danés en Valladolid de repetir la crono de Combloux donde sentenció ante Tadej Pogacar? La respuesta fue negativa dejando claro que posiblemente Vingegaard  puede estar, vista su puesta en escena en estas primeras diez etapas de la Vuelta, incluida la crono de Valladolid, por una vez al servicio de un Jumbo-Visma que, salvo descalabro,  tiene amarrada o cuanto menos enfilada la Vuelta a España con las bazas ganadoras de sus compañeros Roglic y Kuss y con su valiosa bala en la preciada recámara.  

Y es que cabe recordar que tras la etapa de este martes por las calles de Valladolid, el Jumbo-Visma tiene a tres corredores entre los siete primeros clasificados: Kuss como líder, Roglic cuarto a 1.36 y Vingegaard séptimo a 2.22. Solo el UEA Team Emirates, con otros tres ciclistas entre los diez primeros (Soler segundo a 26’’; el emergente Almeida sexto a 2.16; y Juan Ayuso octavo a 2.25) osan cambiar un destino que parece escrito de antemano desde antes incluso que comenzase la ronda española.

Y todo con permiso del siempre competitivo Remco Evenepoel, el vigente campeón del Giro, tercero en la general a 1.09 de Kuss, que como demostró en la crono de ayer, no está dispuesto a ceder terreno, ganando la ‘minibatalla’ de Valladolid a Rolic al sacarle 20 segundos a Roglic, 34 a Almeida, 55 a Ayuso, 56 a Soler, 1.02 a Vingegaard y...1.13 al líder Kuss.

La Vuelta siempre ha preservado la esencia de una crono llana con batalla asegurada, ya que en las últimas ediciones Roglic siempre distanció a Enric Mas y en la edición de 2016 Chris Froome no pudo remontarle a Nairo Quintana. La de ayer en Valladolid, quizás, fue una excepción. Tiempo al tiempo.