Prueba de madurez

Si la primera vuelta ha sido la del aterrizaje, la segunda debe ser la de la confirmación para el Real Valladolid. Con nuevo entrenador y 17 jugadores debutantes en una plantilla de 23 (con Luismi), a Paco Herrera le ha costado pillarle el punto al equipo, si es que finalmente se lo ha cogido.

El pilpil del extremeño no acababa de ligar, quizá en parte por su manía de cambiar de ingredientes (jugadores) y cazuelas (formaciones). Pero es innegable que en las útlimas jornadas su guiso no sólo sabe bien sino que es nutritivo. Cuatro victorias, todas sin encajar gol, en los cinco últimos partidos invitan a afrontar con optimismo la segunda manga de la Liga.

El equipo pucelano está cada día más hecho, compite mejor, cierra bien su portería y, aunque le falta llegada y desparpajo arriba, cada vez manda más en el centro del campo. Sólo le falta que su elevada posesión se traduzca en controlar mejor los partidos y en generar más ocasiones de gol, sin perderse en juego florales inocuos.

En la última jornada dio la cara con una victoria anteb un Cádiz que iba lanzado. No fue un gran partido, ni siquiera bueno, pero fue de esos encuentros que desbrozan el camino hacia el ascenso. Supo leer el partido y minimizar a un rival sin pilas que tampoco puso mucho de su parte para ganar.

Esta tarde se espera algo parecido ante el Oviedo, aunque el estilo de los asturianos no sea como el de los andaluces. Fernando Hierro, técnico carbayón y mítico ex jugador blanquivioleta, se ha abonado al 4-4-2 con juego directo balones en largo para el peligroso dúo delantero Toché-Susaeta. Si los astures desean que el centro del campo sea una anécdota, los castellanos desean hacer de él un cuartel general. Por eso Herrera no parece proclive a cambiar el rombo medular propuesto en Cádiz.

Sus retoques se realizarán arriba y abajo. Jose, como apuntó el jueves, volverá al once titular. Posiblemente lo hará en lugar de Mata. Con este cambio, además de gol, el míster buscar rapidez en los metros finales con dos jugadores veloces y con gol, como son el canterano y Villar. La defensa oviedista vive con dudas, pero su comportanmiento en casa y fuera es opuesto. Se trata del cuarto equipo que menos goles encaja en su feudo (7) y el que más fuera (19).

La otra sustitución pucelana es obligada. Torres toma el lugar del lesionado Becerra en la portería. Una notable actuación puede abrirle la puerta de la titularidad. Visto el bagaje de éte en la priera vuelta, el cambio no es descartable.

El posible once lo forman Becerra; Moyano, Guitián, Álex Pérez, Balbi; Leão, Jordán, Álex Pérez y Míchel en la medular; con Villar y Jose arriba. Quedan fuera de la lista los transferibles Guzmán, Drazic y Salvador, además de Lichnovsky. El portero suplente será Dani Hernández, del filial.