Una película israelí desata la polémica contra la Seminci

Del deporte al cine. De la Vuelta Ciclista a España a la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Ni el anuncio de un frágil alto el fuego en la Franja de Gaza, el pasado 10 de octubre, y ya quebrado, calma los ánimos. La Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid realizó ayer una llamada a través de sus redes sociales a seguir alzando la voz en la ciudad, aprovechando esta vez el marco de la Seminci, blanco de su descontento. 

El colectivo pide "un boicot al cine de Israel" al tiempo que insta a "elegir la voz del cine palestino". Y es que el equipo que dirige José Luis Cienfuegos ha programado en la Sección Oficial Yes, del cineasta telaviví Nadav Lapid. Un trabajo, dicho sea de paso, calificado por el festival como una "sátira vitriólica" con la que el cineasta "lleva hasta el paroxismo la nausea y la impotencia extenuantes que le provoca la relación con su país, Israel" -fue presentado en la última Quincena de Realizadores de Cannes-.

De igual modo, la Seminci proyectará trabajos de autores palestinos como With Hasan in Gaza, de Kamal Aljafari, Palestine 36, de Annemarie Jacir, y otras propuestas que retratan el conflicto, como las que proponen la tunecina Kaouther Ben Hania en The voice of Hind Rajab y el iraquí Abbas Fadhel en Tales of the Wounded Land.

Si la Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid anima a acudir mañana a la gala de inauguración con una bandera palestina y con una kufiya "para dar la bienvenida a las actrices, actores, equipos de dirección y producción" que acudan al Teatro Calderón, también pide el boicot a la película de Lapid -con pases el 31 de octubre y el 1 de noviembre en los Cines Broadway y el Teatro Carrión-.

El colectivo, entre otros argumentos, sostiene que la productora es israelí y "participa de la economía de la ocupación", a lo que suma que "no ha reconocido los derechos del pueblo palestino que marca el Derecho Internacional". Además, ha "recibido financiación del Ministerio de Cultura y Deporte del gobierno de Netanyahu".

Yes, conviene subrayar, es una coproducción entre Francia, Israel, Chipre y Alemania.

"Acoger esta película es apoyar la economía del genocidio y facilitar el lavado de cara de Israel, aceptar su relato victimista sobre lo mal que lo pasan los 'israelíes buenos' que rechazan el genocidio, sin afrontar las profundas raíces del sionismo, de la ocupación de Palestina, del proyecto racista de su etno-estado", sostiene la plataforma en sus redes sociales.

Finalmente, la plataforma recuerda que el mundo del cine ha llamado al boicot del cine israelí -desde Mark Ruffalo a Tilda Swinton pasando por Javier Bardem, entre otros en una extensa lista de más de 1.000 profesionales que incluye a ganadores de los premios Oscar, BAFTA, Emmy y la Palma de Oro-. "El director de Yes bien pudo financiar su película sin recurrir a medios manchados de sangre, buscar una productora en otro país, renunciar a las ventajas provenientes del horror que representa el suyo. Eligió el camino cómplice, como lo ha elegido la dirección de la Seminci al programarla ignorando los términos del boicot a Israel marcados hace más de 20 años".