Diario de Valladolid

PARQUESOL

El barrio ‘joven’ levantado por dos presidentes del Real Valladolid

Despegó como un barrio joven y residencial y hoy, con más jubilados que niños, es el más rico y el segundo más poblado. La vida de Parquesol está ligada a dos figuras del Real Valladolid: el presidente entre el 67 y el 70, Antonio Alfonso, diseñó un plan con más de 12.000 viviendas paralizado por Bolaños, y el leonés Marcos Fernández impulsó el barrio en los 80

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La historia del barrio Parquesol foto a foto

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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La partida del escondite de Javier, Mariano, Alicia y Cristina, cuatro de los primeros vecinos de un barrio nuevo que surgía en lo alto junto al estadio, empezaba encima de Continente (ahora reconvertido en Carrefour) junto a un casi recién estrenado José Zorrilla , e iba subiendo hasta que en apenas un rato habían recorrido todo el inusual y amplísimo escenario al aire libre: un barrio entero que, en realidad, lo formaba un puñado de parcelas con edificios más altos de lo habitual hasta ese momento en la ciudad vallisoletana.

Esos niños correteaban por un recién nacido Parquesol , que no contaba con plaza, ni parques, ni centro de salud, y que rejuvenecía al resto de la capital. En los 80 tan solo había construidos varios grupos de bloques en calles –después arterias principales– como Juan de Valladolid, Hernando de Acuña o Profesor Adolfo Miaja de la Muela , que sustituían a terrenos empleados hasta entonces para algún viñedo, cereales, almendros y hasta gallineros.  

Dos conceptos primaban sobre los demás: ‘joven’ y ‘residencial’. «Al principio lo que más se veía eran familias con niños, parejas jóvenes... Ahora sigue habiendo, pero se ven más jubilados», comenta sobre la evolución de la zona Juan José Álvarez , presidente de la Asociación de Vecinos Ciudad Parquesol , quien sabe lo que dice porque ha encarnado ambos papeles. Fue uno de esos primeros inquilinos, llegó con su pareja y descendencia, y ahora está en edad de jubilación.

Conocido como ‘cerro de la gallinera’, en lo alto comenzaba a forjarse una comunidad nueva próxima a una de las obras que terminarían convirtiéndose en una insignia de la ciudad: el estadio.

En el año en el que España acogió el Mundial , el de Naranjito, el verano de 1982, este recinto deportivo se puso de gala y celebró los partidos entre Francia, Kuvait y Checoslovaquia atrayendo a multitud de aficionados. Meses antes, el 20 de febrero de este 82, la instalación deportiva se estrenaba con un partido oficial de liga entre Valladolid y Athletic , en el que los locales ganaron 1 a 0.

Ya entonces los primeros pasos del nuevo sector estuvieron muy ligados a los del equipo de fútbol. El origen de Parquesol hay que retrotraerlo a la década anterior a que desembarcaran las primeras familias en los 80. El promotor inmobiliario y presidente del Real Valladolid del 67 al 70, Antonio Alfonso, adquirió en los 70 suelo para urbanizar en el 'cerro de la gallinera', sembrado de terrenos agrícolas y algunas casas bajas. Compró casi 300 hectáreas en las que el ‘Plan Parcial Parquesol’, aprobado en 1978,  proyectaba casi 12.200 viviendas. Reservándose para él mismo una espectacular con vistas a la ciudad que nunca fue concluida y tardó décadas en ser derribada. Y es que un año después del emprendimiento,  un recién nombrado alcalde Tomás Rodríguez Bolaños , lo paralizó. 

Fue bajo el influjo de otro presidente del Pucela, el leonés Marcos Fernández, cuando a mediados de los 80 se impulsó definitivamente la ‘Ciudad Parquesol’. Con una denominación idéntica al de la inmobiliaria de este empresario que se revelaría crucial para el barrio. Tanto, que la plaza principal lleva su nombre y a su alrededor orbitan los principales servicios: el centro de salud,  Correos, el centro cívico, locales de restauración y de moda. 

Así surgía un barrio residencial innovador con edificios que primaban la altura y formaban pequeñas manzanas ; numerosos bloques que compartían piscina, canchas y bancos, en una manera distinta de convivir.

Sin embargo, pese a que nació con el sello de la juventud, de pronto, Parquesol reclamaba lugares de encuentro y cuidado de esos mayores que un día fueron los pioneros del barrio. Por mucho que suban sus edificios, no se han librado del bajo índice de natalidad. Con datos del padrón de 2022, los jubilados (4.817) superan en un millar a los niños, y uno de cada cinco vecinos ahora tiene más de 65 años.

En este último grupo se engloban Miguel y Pedro , de 65 y 90 años, respectivamente. Se encuentran en el epicentro del barrio, la plaza Marcos Fernández, departen como cada mañana después de terminar los recados y presumen de zona. «La situación es inmejorable, en las alturas. Así somos más independientes y estamos más separados de los demás. Más tranquilos. Las calles son anchas y la calidad de vida es inmensa. Tenemos todos los servicios, salvo la delegación de Hacienda, que hay que bajar para los trámites», señalan estos amigos que miran al suelo y apuntan que bajo los adoquines «un día hubo viñas».  

Por delante pasan José e Iluminación, que solo ponen una pega: «Las cuestas que hay que subir» , y añoran los tiempos en los que «se oían más niños jugando en la parcela». Este matrimonio apunta otra característica «peculiar»: su situación, en un cerro, hace de los inviernos de Parquesol «algo más fríos, que compensa con veranos también más frescos».

Si al principio el barrio se caracterizaba por la «falta absoluta de dotaciones» y demandaba servicios tan básicos como «transporte, centros escolares, médicos...», ahora el foco está puesto en dos macroproyectos que tienen más que ver con el avance del tiempo: el centro de mayores y los dos elevadores. El de la ladera norte conecta una de las primeras calles, la de Juan de Valladolid, con el polideportivo, el centro Cultural Miguel Delibes y Carrefour, y el de la este, también formado por un ascensor, escaleras mecánicas y rampas, acorta distancias y tiempos con la avenida Salamanca. 

«Nos corresponde Arturo Eyries como centro de especialidades y bajar todavía cuesta menos, pero ya subir se hace complicado», comenta Juan José Álvarez sobre un vecindario acostumbrado a calles empinadas y extensas, en el que se ubican siete colegios, tres institutos y un centro de salud. 

Tampoco adolece precisamente de parques . En uno de ellos, que en fines de semana se copa de jóvenes, está uno de los mayores relojes de sol, si no el mayor, de toda la provincia vallisoletana. 

Con 40 años de historia, Parquesol está acostumbrado a encabezar rankings. En sus inicios era el barrio más joven . Más tarde, el segundo con más colegios, y últimamente, el de empadronamiento, podio que cada año se disputa con Delicias.  También es el que la ‘Estadística de los declarantes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas’ sitúa como el «más rico», donde la renta media se coloca en 38.724 euros, que duplica al barrio más ‘pobre’, que es Arcas Reales - Pajarillos . Algunos vecinos apuntan a que «es un barrio normal y corriente donde se paga a lo mejor más IBI por piscinas y dotaciones».

Cambie lo que cambie, se extienda a modo de hilera de chalés o con un centro comercial (el Parquesol Plaza) que se quedó a medio camino, con nuevos negocios de restauración o con dos megaescaleras mecánicas, siempre será el barrio que nació con vecindario muy joven y que tiene unas vistas de altura de la ciudad.

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