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LA SECA

El viticultor de La Seca en Valladolid pacta seis meses de cárcel por emplear jornaleros sin papeles

El condenado, procedente del municipio vallisoletano de La Seca, se enfrentaba a dos años de prisión y una multa de 4.500 euros iniciales / Finalmente se someterá a una pena mínima de seis meses de cárcel y una multa de 1.080 euros

El viticultor, en primer plano, y su abogado defensor durante la vista de conformidad celebrada este miércoles en la Audiencia de Valladolid.

El viticultor, en primer plano, y su abogado defensor durante la vista de conformidad celebrada este miércoles en la Audiencia de Valladolid.EUROPA PRESS

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El viticultor de La Seca que iba a ser juzgado este miércoles en la Audiencia de Valladolid acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores por emplear como jornaleros a trabajadores 'sin papeles' ha pactado con el fiscal del caso una condena de seis meses de cárcel.

El condenado en sentencia ya firme, T.V., ha cerrado un acuerdo con el acusador público minutos antes del inicio del juicio, de forma que, frente a los dos años de prisión y multa de 4.500 euros iniciales, se ha conformado con una pena mínima consistente en seis meses de cárcel, que no tendrá que cumplirlos de forma efectiva, y una multa de 1.080 euros, según informaron a la agencia Europa Press fuentes jurídicas.

T.V., titular de una finca ubicada en dicho término municipal, fue sorprendido por responsables de la Inspección de Trabajo, en compañía de miembros de la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF), cuando se hallaba en la misma junto con otros ocho trabajadores, todos ellos de nacionalidad marroquí y colombiana, mientras estos últimos realizaban distintas actividades en el viñedo de su propiedad.

La inspección se produjo sobre las 10.40 horas del día 28 de junio de 2022, momento en el que los funcionarios que participaron en ella pudieron comprobar que siete de ellos se encontraban en situación irregular en España, sin que por tanto tuvieran permisos administrativos para trabajar, mientras que uno de ellos, que era el único legal en nuestro país, tampoco había sido dado de alta en la Seguridad Social. Los jornaleros desarrollaban la jornada laboral por un salario de seis euros a la hora, si bien tenían que pagarse el transporte al tajo.

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