PERRO ANTIDROGA
Zac, el ladrido antinarcos de Valladolid
«Lo máximo que ha encontrado en una operación son 12 kilos de cocaína», asegura su guía, el guardia civil Miguel Ángel Seco

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Un agente entrenado con una habilidad increíble para detectar droga. Obediente, inteligente y perfectamente preparado para actuar en cualquier circunstancia. Su arma más no es una pistola, sino su eficaz olfato. Además de eso, «el amigo más leal». Así define su guía, el guardia civil y guía de Valladolid, Miguel Ángel Seco, a Zac, uno de los perros pertenecientes al Servicio Cinológico de la Guardia Civil de Valladolid.
Zac, que recibe su nombre debido a que a Seco le gustan los «nombres de pueblo, como Zacarías» llegó a la vida de este agente de la Guardia Civil hace nueve años, cuando el entonces cachorro nació en la Escuela Central de Perros Policiales, que se encuentra en Madrid , y para el que tuvo que pasar por un procedimiento para poder llevárselo. «Pasé dos semanas con él allí de toma de contacto. Examinan tanto al guía como al perro, a los dos, y una vez que superas ese examen, ya te puedes incorporar a la unidad a trabajar con él», explica Seco. Este examen consiste en realizar varios ejercicios junto al cane, en el que guía y animal simularon la entrada a un registro de un domicilio.
El vínculo entre ellos es indudable. Allí donde va Miguel Ángel, va Zac, hasta tal punto que el agente acude a entrenar con él y otra de las perras a su cargo, una pastor belga malinois llamada Sigma, todos los días. Uno de sus compañeros, Jesús Navarro, se refiere a la relación que tiene con los perros como «los personajes de la película de Avatar cuando creaban el vínculo». «Es mi vocación. Además, vivo cerca y pienso que para estar en casa pues vengo aquí y entreno con los perros. Yo estoy encantado porque hago lo que me gusta». Este vínculo es algo que, además, facilita el entrenamiento del cane a la hora de encontrar «cualquier droga» de las que ahora mismo están en el mercado. Para ello, emplean como técnica el juego al que, por supuesto, le sigue una recompensa, que suele ser una chuche o un juguete. Cuando se comienza a entrenar, siempre es con las drogas que les suele costar más encontrar por su olor, como por ejemplo la cocaína. «Todo es mediante juego. Luego haces la sustitución del juego, o sea, de la localización, con el juego, la sustitución por la droga por la sustancia, para que el perro vaya asimilándola. Una vez que asimila qué sustancias tiene que localizar, ya vas directamente a lo que es el trabajo real de sustancia».
Dicho y hecho. Miguel Ángel realiza la prueba junto a Zac, al que se le esconden en una pared de ladrillo dos muestras de diferentes drogas que debe encontrar. Zac comienza a oler cada una de las zonas de la pared, decidido a dar con las muestras. Y cuando localiza la zona, se queda inmóvil, señalando al agente donde se encuentra. Tras eso, busca la siguiente sustancia, a la que también señala quedándose inmóvil. «El proceso siempre es así. El animal va a pararse, te lo va a marcar y te va a decir: ‘Aquí hay droga’. Cuando estamos en estas situaciones suele haber otro compañero de policía judicial. Nuestro trabajo no es decir qué droga es, sino encontrarla».
Zac también es capaz de detectar, no solo si hay droga en el momento en que las busca, si no se en algún momento ha habido. «Puede ser que que el perro marque porque hay un residual o porque alguien haya estado fumando hachís o cocaína y con las manos se la queda impregnada».
El nivel de precisión al que llega el ‘agente Zac’, así como la confianza que existe con Miguel Ángel, se materializó en una concentración a la que fueron en Tenerife y que sucedió en cuanto bajaron del barco. «Bajamos a las tres de la mañana a Arona. Me dijo el capitán del grupo de Equipos contra el Crimen Organizado (ECO) de Tenerife que no había nada, que simplemente era un registro ya rutinario porque ya se había registrado otro domicilio y le habían encontrado ya dos o tres kilos de cocaína y que era por descartar.» No obstante, Zac detectó algo en cuanto entró al domicilio. «El perro nada más que entró en el salón, marcó el sofá. Era un sofá en tipo L. Yo lo saqué, continué y dije «ha marcado». Salí del salón y volvió a marcar».
Fue entonces cuando tuvieron que destrozar el sofá para comprobar sim efectivamente, en ese mueble había algún tipo de droga. «En ese momento pensé: «como no haya nada, la hemos preparado». Después de m ucho rato, metieron la mano en el respaldo del sofá y sacaron una bolsita pequeña de Adidas en la que había unos once kilos de cocaína, que es lo máximo que ha encontrado».
Además, Zac también tiene experiencia trabajando en lugares como institutos, colegios y zonas de ocio que se hacen a lo largo de toda la provincia. «Sobre todo lo que hemos encontrado es el menudeo, el típico malote al que le encuentras un gramo de hachís. No deja de ser una infracción y sobre todo lo que pretendemos es que no vayan a más».
En total, Zac ha participado en «entre quince y veinte intervenciones» que han resultado exitosas gracias a las capacidades del animal, algo que cree que no es posible de superar ni siquiera con la reciente incursión de la IA en la sociedad. «Estoy convencido de que no lo van a conseguir nunca. Ni siquiera los veterinarios y catedráticos saben cuál es el potencial real del olfato de un perro». Desde luego, cuando Zac termine su servicio en la Guardia Civil, el problema no será encontrarle un dueño, puesto que está «muy solicitado» para adoptarlo debido a razones como su inteligencia y obediencia.
Normalmente, es a partir de los diez años cuando los perros destinados a localizar droga dan por terminado su servicio, aunque depende de cada perro y el estado físico en el que se encuentre. «En el caso de Zac hace poco le hemos hecho un examen y todavía funciona genial», explica el agente. Además, desarrolla que, aunque las capacidades de machos y hembras son las mismas, estas últimas «pueden aguantar un poco más».
Si por su guía fuera, sería él mismo quien se quedaría con Zac. «Yo le adoro y espero que le quede todavía mucho tiempo en el servicio. Me encantaría quedármelo yo, pero no puedo, así que llegado el momento se lo daré a alguna persona conocida que me de confianza para poder verle».

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

Muestras de drogas con las que se adiestra a Zac
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con el perro Zac, del servicio cinológico de la Guardia Civil especializado en detectar drogas
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

El agente de la Guardia Civil, Miguel Ángel Seco, junto a Zac, el perro del servicio cinológico especializado en detectar droga
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

Muestras de drogas con las que se adiestra a Zac
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

Los agentes y guías Miguel Ángel Seco y Jesús Navarro junto con el perro Zac y Sigma
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente de la Guardia Civil, Miguel Ángel Seco, junto a Zac, el perro del servicio cinológico especializado en detectar droga
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

Muestras de drogas con las que se adiestra a Zac
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

Muestras de drogas con las que se adiestra a Zac
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas durante un simulacro

Muestras de drogas con las que se adiestra a Zac
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con Sigma, otra de las perras a las que adiestra en el servicio cinológico de la Guardia Civil
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con Sigma, otra de las perras a las que adiestra en el servicio cinológico de la Guardia Civil
Zac, el perro de la Guardia Civil especializado en detectar drogas

El agente y guía, Miguel Ángel Seco junto con Sigma, otra de las perras a las que adiestra en el servicio cinológico de la Guardia Civil