Diario de Valladolid

Ricardo G. Ureta

Tarea política en un verano atípico

AL SERENO

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ESTÁN A PUNTO DE terminar las fiestas mayores de Burgos. O, más exactamente, deberían estar finalizando, porque no se han celebrado. Fueron suspendidas igual que las ferias y fiestas de San Pedro de Zamora y las de San Juan y San Pedro en León. Las de San Juan en Soria habrían terminado a estas alturas del mes, en las que en Burgos tendríamos que estar con la vista puesta en la celebración del Día del Burgalés Ausente en el Parque de Fuentes Blancas, que es fiesta declarada de interés turístico regional.  Obviamente este año no se celebra esa multitudinaria cita con la peñas de la ciudad así que habrá que tener en el recuerdo a los emigrados de otra forma, pero también a los burgaleses ausentes por culpa del coronavirus.

Quizá el mejor homenaje es esforzarse en la prevención del contagio y parece que, visto lo que ocurre en otros lugares, no nos estamos quedando cortos en la precaución. Me refiero a la mayoría de los paisanos que vivimos en estas tierras tan castigadas por la epidemia, no las administraciones públicas, que van y vienen como las mareas. Nos cuentan que los burgaleses, los vallisoletanos y los palentinos vamos por Santander, que es nuestra playa de toda la vida, llamando la atención porque la mascarilla no se nos cae del morro ni con el calor. Burgaleses en Galicia reportan que allí la mascarilla es rara de ver y vascos de visita en la capital del Arlanzón, en Merindades, La Bureba y en Pinares se extrañan de la disciplina local en usar este medio de protección. Los forasteros de visita en Burgos confiesan que les entra el miedillo al vernos a casi todos tapaditos con la mascarilla y con cuidado de no juntarnos en exceso.

A muchos les parece poco y no faltan quienes se quejan de que aún se ve a gente a cara descubierta. No es consuelo el hecho de que en otras comunidades se hayan relajado las medidas de prevención porque estoy convencido de que cualquier precaución se va a quedar corta y que nos espera un otoño y un invierno morrocotudos en los que el virus volverá a circular masivamente. Avisó el presidente de la Junta en el debate de política general que se ha celebrado esta semana que llegará una segunda oleada de la epidemia. Pero por lo visto en las Cortes de Castilla y León, la pugna partidista sigue primando por encima del bien común y aunque sea con mascarilla, los mandobles siguen cruzando entre las bancadas del gobierno y la oposición.

Sobre la mesa está la oferta de pactar un presupuesto que será clave para combatir la segunda parte de la epidemia y sentar las bases de la recuperación. Este año no hay fiestas, dejen los cohetes y fuegos artificiales, señorías, y sigan la vía de entendimiento para firmar unas cuentas de la Comunidad que nos saquen de esta. Mañueco y Tudanca tienen tarea este verano sin fiestas.

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