Diario de Valladolid

Inversores que viajan ‘seguros’ a la innovación

La UVa propone un enfoque basado en proteger las patentes para atraer capital privado en I+D / Explica que esto no supone un gasto para los gobiernos, pero sí un esfuerzo normativo y un cambio de mentalidad.

Los profesores e investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa) Félix López Iturriaga y Emilio López Millán

Los profesores e investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa) Félix López Iturriaga y Emilio López Millán

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

Es un cambio de enfoque; un golpe de timón para avanzar y situarnos a la vanguardia. La inversión en I+D es el eje fundamental del conocimiento, la tecnología y el desarrollo, que fructifica en la innovación de los países. Por eso, si los países y sus gobiernos quieren crear innovación, deben fomentar la inversión en I+D. Razón por la cual no es casualidad, sino causalidad que los países líderes en inversión en I+D son aquellos cuya riqueza bien distribuida (PIB per cápita) es mayor.

La indudable importancia de la I+D para el progreso económico y social lleva a las autoridades económicas y a los empresarios y directivos de empresa a plantearse nuevas vías para el fomento y mantenimiento de tales actividades. Los datos macroeconómicos aportan una perspectiva poco halagüeña, con unos gastos en investigación y desarrollo por debajo de los óptimos y, en el caso de España, una amplia brecha con los países a los que deberíamos asemejarnos. 

El drástico recorte de la inversión pública en I+D como consecuencia de la coyuntura económica puede acentuar aún más esas diferencias, puesto que nuestro país se caracteriza por una participación privada en el gasto en I+D inferior a las naciones del entorno. El desafío al que tanto la comunidad académica como las autoridades reguladoras han de hacer frente es el de continuar estimulando la inversión en I+D sin que esto suponga una carga financiera adicional.

¿Cómo? Investigadores de la Universidad de Valladolid (UVa) proponen un enfoque basado en la seguridad legal para atraer inversores. Un paso que, tal y como explica el catedrático Félix J. López Iturriaga, no supone un gasto para los gobiernos, pero sí un esfuerzo normativo y un cambio de mentalidad general. «La seguridad legal es el pilar fundamental de la inversión en I+D: solo si existe seguridad legal se invierte en I+D», añade el profesor e investigador Emilio J. López Millán 

En este sentido, comenta que esta seguridad legal solo es determinante en países faltos de ella y además es el único determinante no financiero. Sin embargo, puntualiza López Iturriaga, en entornos con una buena seguridad legal deja de ser un atractivo para la inversión en I+D y es entonces cuando actúan el resto de los determinantes culturales y estructurales no financieros. En consecuencia, se constata una marcada separación en la inversión en I+D entre un conjunto de países más pobres, que buscan seguridad legal, y un mundo de países más desarrollados, donde los inversores ponen el foco en otros alicientes mayores obviando esa seguridad legal que se da por supuesta.

El proyecto es innovador en tanto que trata de obtener resultados, es decir, un aumento de la inversión en I+D, sin que suponga un gasto público. «Se trata de fomentarla atrayendo a las empresas, incorporando modificaciones estructurales en las políticas, en los países en los que  las maneras de pensar y relacionarnos con ese modo cambian las bases del juego y atraen hacia la innovación las decisiones de inversión, que en la actualidad se dirigen a inversiones más sencillas, y atraerla además a un país concreto», reflexiona López Millán para, a renglón seguido, señalar que hasta ahora todo lo que pretendía incrementar la inversión en investigación y desarrollo pasaba por subvencionar, incrementar los gastos o modificar las finanzas del país o de las empresas. 

Un aspecto fundamental que, a su parecer, va unido a un ahorro de dinero es que este golpe de timón supone un menor déficit público, lo que redunda en la posibilidad de gastar ese dinero en otra necesidad. Asimismo, agrega López Millán, incrementa la inversión en I+D que deriva en aumento de patentes, calidad de vida, avances tecnológicos… «Y todo pudiendo conseguir eso en nuestro país, en concreto, suponiendo mayor empleo, mejor reputación… y de manera permanente. No es una subvención puntual que consigue un proyecto, es un cambio estructural, de forma de ser y de actuar, que se queda para siempre», considera. 

El hilo de este nuevo enfoque, recuerdan los investigadores de la Universidad de Valladolid, partió a raíz de un trabajo en el que se dieron cuenta de la escasa inversión en I+D a nivel mundial. «Nos extrañó que algo que todos tenemos claro que es bueno, que algo que todos tenemos claro que es una inversión y no un gasto, pase tan de puntillas por todos nosotros sin dar mayor importancia a lo abandonada que tenemos la inversión en investigación y desarrollo», argumentan. 

Esa percepción les sirvió para avanzar y poner encima de la mesa que tanto a la gente como a las empresas les parece muy arriesgado, y que a los estados que tratan de funcionar como sustitutivos de esa inversión, les supone un aumento del déficit público, por lo que acaban dejando todo en «bonitas palabras de cara a la galería, pero en casi ningún proyecto real». Poco a poco fueron viendo la evolución de los estudios y se percataron de que todo se circunscribe a poner dinero. Hallaron otra forma tras analizar miles y miles de datos de 70 países. 

Ahora, avanzan Félix J. López Iturriaga y Emilio J. López Millán, la idea es continuar esta línea descubriendo más formas de incrementar la inversión en I+D para poder pautar «una serie de medidas concretas y baratas» que supongan «un verdadero valor añadido» para la población, consiguiendo que la inversión en investigación y desarrollo prolifere, haciendo así del mundo un lugar cada vez mejor. No obstante, indican que ya se conocen los beneficios de la innovación, y ahora ya se sabe cómo captar inversión en I+D con escaso coste para las arcas públicas. «Se requiere un esfuerzo para construir un nuevo marco legal, institucional y cultural. ¿Aprovecharemos la oportunidad?», zanjan los investigadores de la Universidad de Valladolid. 

tracking