Diario de Valladolid

FÚTBOL / REAL VALLADOLID

Permanencia por goteo

Decimoquinto empate de los blanquivioleta en Liga, tras fallar Ünal un penalti en el último minuto / Una abúlica primera parte dio paso a un juego entretenido y con muchas ocasiones

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Publicado por
Arturo Alvarado
Valladolid

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Israel inventó el riego por goteo moderno en la segunda mitad del pasado siglo. Ante la evidente falta de agua de sus tierras y la necesidad de consumir vegetales, expertos idearon una forma de aprovechamiento máximo del agua. No se puede desperdiciar ni una gota. Saliendo de tubos perforados con una cadencia exacta, cada esfera de líquido impacta en la zona susceptible de ser irrigada.

El Real Valladolid es el rey del riego por goteo en la Primera División. Empate a empate, saca su adelante esa cosecha nutritiva llamada permanencia. 33 partidos y 15 igualadas. Pasito a paso, como la tortuga de la fábula, atará su objetivo. Míster X no era Felipe. Es el Pucela.

Claro que hay que discernir cuándo el goteo es imprescindible, sin más alternativas, y cuándo se trata de que el tubo está obturado y hay caudal suficiente de agua para empapar los cultivos.

Ayer por la noche se vieron las dos versiones. La de la primera parte, en la que una sola gota de agua era más cara que en mitad del desierto de Atacama, y la de la segunda, cuando el Pucela horadó el suelo, dio con el pozo y el H2O comenzó a salir a borbotones, pero sin ser capaz de se canalizada en esa manguera llamada gol. Ni siquiera en la acción estrella del partido. 

Minuto 94. 0-0. El asedio blanquivioleta adquiere proporciones bíblicas. El gol se masca. San Emeterio chuta duro y seco desde fuera del área. Aitor, sobresaliente toda la noche, rechaza como puede el balón, que le cae a Guardiola. Cuando el balear intenta controlarlo y regatear al meta, éste le derriba.

A estas alturas, y vistos los últimos arbitrajes, uno ya se esperaba de todo. Hasta un 2+1 desde la línea de tiros libres. Pero Medié, tras evacuar consulta, señala el punto de los once metros.

Ünal, hasta ahora infalible en los penaltis, lo tira blando y al centro. Aitor lo saca con el pie, calcando una parada que le hizo al turco en el minuto 77, cuando en un remate solo y casi a bocajarro el cuero pedía red con la misma fuerza que un personaje de John Ford pide whisky. Ünal tenía la manguera pero olvidó abrirla. 

No hubo más tras la pena máxima, en cualquiera de sus dos acepciones. Otra igualada. Quizá el Pucela llegue a los 41 puntos empate tras empate, como Burt Lancaster volvió a casa yendo de piscina en piscina, en 'El nadador'. Es lo que hay.

El punto de ayer deja mal poso por el penalti fallado, pero el mérito pucelano fue levantarse de una primera parte tortuosa por ambos bandos para acabar encerrando a un Levante que refrescó laterales y delanteros.

Sergio formó con un 4-2-3-1 en el que se comprobó de nuevo la mala conexión entre Míchel y Alcaraz. No se sabe por qué, pero esta pareja no funciona. Quizá sea el ph. Atrás, Olivas despertó a tiempo  y Nacho fue de lo mejor. En la primera parte como lateral y en la segunda, sin dejar de serlo, como extremo. Delante, Ünal y Plano apenas la olían, dado el tapón de la medular. 

Real Valladolid y Levante fuero muy poca cosa en unos 45 minutos iniciales en los que cabe rescatar un tiro de Alcaraz, impulsando el balón cerca del poste y una salida del muy correcto Masip a los pies de Roger.

La segunda parte trajo el desmelene, pero con lavado en seco. Además de la doble ocasión de Ünal, Guardiola y Míchel gozaron de oportunidades para marcar. Los granota sólo inquietaron por medio de Campaña, con un tiro malvado, seco y a bote pronto desde fuera del área, rechazado por Masip. Al final, otro punto. Otro empate. Otro día sin perder. Mírelo por donde quiera, con un vaso de agua.    

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