Diario de Valladolid

Carolina Román: «Una tiene la sensación de que la sociedad no tiene tiempo para la humanidad»

La actriz, directora y dramaturga argentina estrena en el Cervantes de Valladolid ‘Amaeru’, espectáculo íntimo sobre la necesidad de recibir y dar cuidados, protagonizado por Daniel Freire y Omar Calicchio

Omar Calicchio, Carolina Román y Daniel Freire. | TEATROS DEL CANAL

Omar Calicchio, Carolina Román y Daniel Freire. | TEATROS DEL CANAL

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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La actriz, dramaturga y directora de escena Carolina Román (Formosa, 1972) estrenará el próximo 2 de diciembre en el Teatro Cervantes de Valladolid Amaeru , un texto personal, íntimo, que reflexiona sobre  la importancia de dar y recibir cuidados, sobre la necesidad de crear vínculos tan fuertes como los lazos de sangre. O más.

Amaeru , explica la autora argentina a este diario, es un concepto propio de la cultura japonesa que alude a esa relación de dependencia, a esa búsqueda de la benevolencia en el otro. Un término que ella abraza para dirigir a Daniel Freire y Omar Calicchio y contar –«con mucho humor»– la historia de su padre y de su abuela, que lo crió siendo madre soltera, y de las mujeres que la acompañaron. «Todos tenemos esa necesidad de buscar al otro, aunque aquí no tenemos una palabra para definirla. Pero es importante nombrarlo para que exista, para habitar ese sentimiento», advierte la responsable de espectáculos como Juguetes rotos o En construcción , que recibieron seis nominaciones a los Premios Max. 

«Háblame de tu aldea y me hablarás del mundo. Amaeru es también la historia de ese niño que se hace hombre, que crece ahí y aprende que un hogar es también eso, y que la ausencia paternal no se puede ignorar. Necesita reparar esa herida,  volver a ella», explica la directora afincada en Madrid, que ‘estrenará’ el 2023 con su espectáculo en la cartelera de los Teatros del Canal, del 5 al 22 de enero .

Carolina Román escribió Amaeru cuando estalló la pandemia, cuando la crisis sanitaria enfrentó a la sociedad con su propia fragilidad. «Antes, imperaba la cultura del éxito. Parecía como que hasta los encuentros con la gente tenían que tener un propósito productivo, que es algo muy propio de este sistema capitalista. La pandemia nos enfrentó con esto: si el otro no está es como que se nos viene abajo casi todo. De repente tenemos la necesidad de vernos , de abrazarnos... Nos va a costar tiempo a procesar todo lo vivido», apunta Román antes de lanzar una reflexión: «En Japón cada vez hay más adultos que necesitan volver a la infancia, para ser tratados como niños, para ser cuidados. Una tiene la sensación de que esta sociedad no tiene tiempo para la humanidad; niega sus necesidades humanas, esa sensibilidad, ese sentido de la compasión ».

En Amaeru hay guiños a esa cultura oriental en la que se inspira la autora, como la danza butoh. «Cuando estalló la pandemia recordé Hiroshima y Nagasaki. Hiroshima y Nagasaki. Para expresar aquello que no tenía palabras nació esa danza. Este espectáculo tiene algo de eso. Estamos en la polvareda de la postbomba. La radiación la llevamos por dentro. Aún estamos acomodándonos para averiguar qué clase de ser humano va a salir de esta explosión. No tengo respuestas», subraya.

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